Es partidaria de que la colaboración público-privada se extienda lo máximo posible por criterios de eficiencia La ex secretaria de Estado de Estado de Comercio en la época de Aznar, Elena Pisonero, es ahora responsable de administraciones públicas de KPMG. Este lunes organizaba un encuentro con periodistas en el que lanzaba el siguiente mensaje: muchas concesiones han sido firmadas con la administración, pero no se han puesto en marcha por problemas de financiación. Y es que en el momento de la firma, las circunstancias financieras eran unas, pero ahora la realidad es otra: mercado estrecho y caro. Y en España, además, poco transparente, según señala uno de los socios de KPMG. Un caso único en el mundo y toda una asignatura pendiente: condiciones, plazos, tipos, cuantías, concurrentes y sindicados, al aire. Luz y taquígrafos.
Así que la solución pasa por que administración y concesionaria busquen juntos una solución en el marco de la colaboración público-privada. Y eso se traduce en buscar fórmulas flexibles como ya se ha hecho en Estados Unidos o en Bélgica por las que la administración facilita el acceso a la financiación del sector privado. Es decir: avales. ¿Significa eso que ya hemos pasado de una concesión a una obra pública? Está en el límite. Pero la realidad es que hay muchas obras paradas. Y son precisamente estas obras las que pueden suponer un empuje en la competitividad del país.
Por otra parte, Pisonero es partidaria de extender el modelo de colaboración público-privada a otros elementos que no son las infraestructuras como la Educación, la Sanidad e incluso la Dependencia. Por razones presupuestarias. Y es que las administraciones no tienen presupuesto para acometer obras de infraestructura. Pero también por razón de eficiencia, el money to value de los anglosajones. Es decir, porque sale más barato y es más eficiente. Y eso exige valorar las adjudicaciones y elaborar auditorías de eficiencia que validen el análisis inicial.