Busca captar el voto díscolo de la izquierda con una defensa de los derechos de los homosexuales

 

La familia cristiana pierde sentido y acepta otros muchos significados. La campaña catalana se convierte en un circo.

Desde luego no es de extrañar que los vídeos porno, los desnudos y cualquier estupidez se convierta en el centro de una campaña electoral en la que parece que lo menos importante son las ideas en una sociedad que por lo general ya tiene su voto decidido desde hace tiempo. Cualquier cosa vale con tal de tener unos minutos extra de televisión (y aunque Montserrat Nebrera dice que no todo vale en política, ella ha demostrado lo contrario y sin ningún tipo de rubor) y lo curioso es que los partidos grandes que todavía no han tenido ese momento, se lamentan de ello, como es el caso de CiU.

Pero como lo importante es (o deberían  ser las ideas), intentemos llegar a ellas. Como decíamos otros días son pocos los partidos que defienden los valores no negociables de los que habla Benedicto XVI y los que tienen sus raíces hundidos en ellos, como CiU, parece que poco a poco, o de manera rápida, van dejándolos de lado. No hay más que ver cómo su defensa de la familia se ha convertido en un saco donde cabe de todo y por eso el candidato de esa lista en Gerona, ha defendido la familia en su pluralidad y diversidad (lo que da lugar a cualquier tipo de realidad entre dos personas y quién sabe si más: él-él, ella-ella, él-ella, ellos-ella, etc).

En el fondo es el sometimiento a lo políticamente correcto, pues rechazar esa postura es verse sometido al silencio, al ostracismo mediático como el que sufre Familia y Vida, o acabar cediendo a ello, y por lo tanto a ciertos principios, aunque sólo sean personales y no del partido, como los de Montserrat Nebrera.

Mientras esto siga así, tendremos que seguir lamentando en esta campaña y en las próximas que vengan, salidas de tiesto como las vistas por lo vídeos porno, los juego de Internet y los desnudos en universidades públicas.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com