Sr. Director:   

Desde los primeros tiempos, antes de que existieran los documentos escritos, los pactos entre las personas, tanto si eran de tipo comercial, matrimonial, de entrega por una noble causa u otros motivos, se cerraban dichos actos bajo el valor de "la palabra dada" y un apretón de mano. Ese momento tenía un valor trascendental que obligaba a ambas partes a cumplir lo pactado hasta sus últimas consecuencias.

Hoy en día, gracias a Dios, sigue habiendo personas que siguen valorando el valor de su palabra y cumplen con lo acordado. Sería bueno, que en esta campaña electoral, los candidatos tuvieran mucho cuidado con lo que dicen o prometen, para que nunca podamos decirles, que no son personas moralmente correctas, ya que no han sido capaces de cumplir con la palabra dada.

José Molina 

josemolinavaldes@hotmail.com