El felipismo presiona a ZP para que se vaya, con o sin convocatoria electoral. Quieren a Rubalcaba como sucesor. El coste de la deuda española duplica a la alemana. Almunia, el crítico más duro de ZP. CCOO habla de elecciones anticipadas. Sebastián se guarda su dimisión en el bolsillo. Y la Eurocámara exige una investigación sobre el Aaiún. CNMV y RTVE: dos instituciones sin presidente. Pero ZP aguanta

Ha sido un jueves negro para el presidente del Gobierno. Quizás, el bastonazo más duro se lo ha propinado el vicepresidente de la Comisión Europa, su correligionario, Joaquín Almunia, en la cadena SER. Asegura Almunia que Zapatero no ha cumplido su compromiso con la Unión Europea, a pesar de que ha hecho una reforma laboral, ha comenzado la reforma financiera y asegura que la reforma de las pensiones estará ya pergeñada para finales de año. En resumen, que la UE cree que esas reformas no bastan. A pesar de que Almunia sabe muy bien que Zapatero no puede dictar otro plan de ajuste.

En el lado opuesto del péndulo, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, habla de elecciones anticipadas, a pesar de que si hay alguien a quien no conviene que el PP suba al poder es a CCOO y UGT.   

Mientras, los especuladores seguían aprovechándose de la mala imagen de España: la deuda española llegaba a duplicar a la alemana, mientras Merkel pide luchar contra los especuladores al tiempo que los amamanta con promesas de planes de rescate. La Unión ha entrado, tras Grecia e Irlanda, en una burbuja financiera en la que todo el mundo está bajo sospecha y, en lugar de dejar quebrar a los quebrados, se ha comprometido a salvar todo lo salvable para proteger, cada cual, a sus propios bancos. Conclusión: los políticos pensaban que tras caer Irlanda los especuladores se quedarían tranquilos mientras estos chantajean a Portugal y España y ya se piensa en Italia y Bélgica.

Así, que la única posibilidad es empobrecer a las poblaciones de los países considerados en peligro y todo ello a pesar de que el volumen de deuda española es muy similar al de Alemania. Zapatero tiene ahora dos posibilidades: o más ajuste de cinturón a una población que roza el 20% de paro o convocar elecciones.

Pero por si fuera poco, Felipe González pide más. Ya no se conforma con el pacto firmado con Zapatero: Rubalcaba como todopoderoso vicepresidente y en 2011 se vería quién es el candidato del PSOE: si Rasputín Rubalcaba o ZP. Ahora exige, no elecciones anticipadas, que darían la victoria al PP, sino que ZP dimita y dé paso a su delfín, don Alfredo.

Por si fuera poco, también en la mañana del jueves la Eurocámara arreaba otro bofetón al Ejecutivo, esta vez en el Sahara: en contradicción con la cobardona actitud de la canciller Trini Jiménez, que pide un proceso de diálogo en el Magreb, la Eurocámara solicita una investigación de la ONU sobre el asalto de Rabat al campamento de El Aaiún.

Y lo peor es que la crisis ha convertido al Gobierno en un caos. Decíamos ayer que la CNMV, en plena crisis financiera, trabaja sin presidente y otro organismo no menos relevante, RTVE, cuenta con un octogenario presidente, Alberto Oliart, que despacha en su casa. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, se ha guardado su dimisión en el cajón hasta ver si el desastre termina en convocatoria electoral o en recambio en la Presidencia. A Rubalcaba le cae bastante gordo, así que sabe que, en cualquiera de los dos supuestos, la puerta de salida la tiene asegurada. Y en economía, Elena Salgado pasa un mal trago cada vez que se topa con un periodista, mientras el gobernador del Banco de España ajusta cuentas con ZP, a quien siempre ha considerado un mediocre.

Y todo ello mientras las encuestas aseguran un ruidoso triunfo del PP, no por el ascenso de la opción Mariano Rajoy sino por el derrumbamiento del PSOE. La propia Revista Temas, desde donde Alfonso Guerra continúa influyendo, da a la derecha entre 13 y 15 puntos de ventaja sobre el PSOE. Y eso a pesar de que los primeros resultados del estudio ampliaban esa ventaja hasta los 18 puntos. Mucho más que la ventaja que le otorgan las encuestas de los medios privados y muy alejados de los 8 puntos que proporcionaba el último barómetro del CIS.

En resumen, que España se gobierna por inercia. A lo mejor resulta positivo. Eso sí, ZP aguanta, con el sólo apoyo del lobby feminista del Ejecutivo, convertido hoy en su mejor valedor. De cualquier forma, si el mayor granero de votos del PSOE, Cataluña, se decantara el domingo por la expulsión del PSC, el proceso podría acelerarse.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com