El presidente del Pontificio Consejo para la Familia, cardenal Alfonso López Trujillo ha pedido a alcaldes y empleados municipales españoles que no colaboren en los matrimonios homosexuales, ley a punto de entrar en vigor tras su aprobación ayer por el Congreso de Diputados. En definitiva, El Vaticano defiende la objeción de conciencia, que no recoge la ley, y pide que el católico sea coherente hasta para perder su empleo.

Trujillo ha realizado una fortísima crítica la texto aprobado ayer en el Congreso de los Diputados y al que se opusieron los democristianos de Unió (aunque no sus socios, los nacionalistas de Convergencia) y los diputados del Partido Popular, aunque la ex ministra Celia Villalobos votó a favor. Comunistas, socialistas, nacionalistas gallegos, vascos, navarros y catalanes (tanto convergencia como ERC) votaron a favor de la norma.

Se da la circunstancia de que en la misma sesión se aprobó la llamada Ley del divorcio express, que permite divorciarse a los tres meses de contraer matrimonio (hasta ahora era un año para la separación y otro para el divorcio) y que simplifica tremendamente los trámites, especialmente cuando uno de los cónyuges quiere separarse y el otro no.