En lo que va de año, los atentados y ataques armados han causado cerca de 4.000 muertos en el paísAl menos seis personas han fallecido y otras 18 han resultado heridas tras la explosión de una bomba en una mezquita chií de la capital de Irak, Bagdad. Pero es que el lunes, después del atardecer, tuvo lugar otra explosión en una mezquita chií de la ciudad de Tuz Jurmato, a unos 170 kilómetros al norte de Bagdad, que acabó con la vida de tres feligreses y causó doce heridos.

Se da la circunstancia de que estos atentados se producen durante el mes del Ramadán, cuando muchos musulmanes se reúnen en las mezquitas al atardecer para romper su ayuno. La rama de Al Qaeda en Irak, Estado Islámico de Irak, reivindicó la autoría de los atentados perpetrados el lunes contra objetivos chiíes en Bagdad y otros varios puntos del país, que causaron al menos 60 víctimas mortales.

Se trata de ataques de los milicianos de Al Qaeda y otros insurgentes suníes, en un intento de debilitar el Gobierno actual, liderado por chiíes, y generar mayor confrontación en el país. Es vieja la división entre extremistas islámicos  chiíes y suníes, que causan esos terribles derramamientos de sangre.

En lo que va de año, los atentados con bomba y los ataques armados han causado cerca de 4.000 muertos en Irak. Y a mediados de julio, Naciones Unidas cifró en 761 el número de muertos durante el mes de junio debido a los ataques de las milicias insurgentes en Irak, aunque es una cifra inferior a la recogida en mayo, cuando la violencia alcanzó su peor repunte desde la guerra de los años 2006 y 2007.

Todo esto no hace sino confirmar lo ya repetido en estas páginas: el fracaso de la invasión estadounidense en Irak, que buscaba lograr una pacificación en el país. Y observemos lo que ha dejado...

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com