La locura saneadora del Gobierno y del Banco de España llega ahora a las cajas rurales y a los bancos filiales de cajas de ahorros.

Al gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, MAFO, le produce una hemorragia de placer cambiar todo el mapa bancario español a golpe de teléfono y someter a los banqueros a su dominio, dado que todos dependerán de los fondos que él se dispone a repartir. Sin embargo, su obsesión de control, un verdadero delirio de poder, nos está saliendo muy cara y provocará una nueva crisis. Veamos de qué manera.

El Gobierno, rumboso él, ha puesto a disposición de don MAFO 90.000 millones de euros para sanear un sistema crediticio que no necesitaba ese saneamiento ni de lejos. Insisto en el principio primero: si un banco o caja está quebrado hay que dejarlo quebrar y el Estado sólo debe pagar los 100.000 euros prometidos a cada depositante, que ya está bien, en lugar de robarle dinero a ese depositante en su calidad de contribuyente.

Ahora bien, la pregunta en el sector es: ¿cómo es que las cajas de ahorros en proceso de fusión se atreven a solicitar parte de esos 90.000 millones de euros si tienen que devolver lo prestado al 7,75% de interés?

La respuesta es sencilla: porque no lo van a devolver, como ocurrió en la pasada crisis bancaria de los años 80.

En definitiva, por eso -además de por estúpido capitalismo doctrinario-, insiste tanto MAFO en convertir a las cajas en bancos. Porque, al final, lo que hará el Banco de España es capitalizar la deuda no pagada por las entidades -y ojo: no se puede capitalizar la deuda de una caja, porque no tiene acciones- y luego revender.

De este modo, el Banco de España, es decir, el Estado, es decir, usted y yo, disfrazará los créditos fallidos como simples minusvalías. Un truco de ingeniería contable muy al uso, similar a cuando un banquero quiere regalarle dinero a un amigo, por ejemplo a un editor (no sé cómo se me ha podido ocurrir el ejemplo del editor): le concede un crédito y a las 24 horas ya lo ha provisionado como moroso.

¿Y como enjugará -o enjuagará- el Estado, o sea, usted y yo, el coste del innecesario saneamiento bancario? Pues con inflación, naturalmente. El manguerazo del Banco Central Europeo se mantendrá, los tipos seguirán bajos y el coste de ese saneamiento -innecesario, como creo haber dicho antes- resultará contablemente, artificialmente, menor.

Y con ese manguerazo, lógicamente, seguiremos alimentando la burbuja financiera especulativa, la causante de la crisis. Pero ése es un pequeño detalle sin importancia que podemos abordar en otra ocasión.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com