Sr. Director:

Es aleccionador observar cómo esa institución conservadora producto de  planteamientos religiosos arcaizantes y anacrónicos que debe dar paso a nuevos modelos de relaciones entre hombres y mujeres,  llamada familia,  molesta tanto cuando se moviliza (especialmente a algunos).

Si la Familia no importa, si hay muchos modelos de familia, ¿por qué ese interés ahora en descalificar y silenciar lo que ha sido la mayor movilización de ciudadanos de nuestra Historia y, probablemente, de la de muchos países? ¿A ver si va a ser que la familia si importa, incluso a sus enemigos? ¿A ver si va a ser que ahora hay que usar la descalificación, porque no hay argumentos que contesten esa movilización?

Los amantes de la libertad y el pluralismo debemos perder complejos de una vez. La descalificación (hermana pequeña del insulto) es el argumento de los que no tienen argumentos. Si se movilizan cuatro gatos con consignas ideologizadas y subvenciones estatales-municipales, es un acto de progresismo y libertad. Si lo hacen la mayoría de los ciudadanos normales, padres y madres de familia con sus hijos, nietos, abuelos, etc.  por encima de credos y partidos, con la única ayuda de nuestro cansancio y nuestro bolsillo, somos  la ultraderecha malvada y fascista que quiere quitar derechos a las pobres minorías.

¿A ver si va a resultar que el pueblo español es capaz de defenderse cuando no lo hacen los partidos? ¿A ver  si va a resultar que la soberanía reside en el pueblo, y éste es capaz de ejercerla? Ahora bien, ¡no nos durmamos! El esfuerzo (gozoso) que hicimos el 18-J no ha sido suficiente. Para salvar a la Familia, seguimos contando con los mismos medios que tuvimos ese día: ¡Nosotros Mismos!

Francisco Martín Milán

fmartinmilan@mixmail.com