El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia de la Audiencia Nacional sobre las indemnizaciones recibidas por Amusátegui y Corcóstegui. El primero recibió 44 millones de euros por abandonar la presidencia y el segundo 110 por abandonar la Vicepresidencia y Consejería Delegada. Con sus salidas, Emilio Botín se quedó con todo el poder en la entidad. El Tribunal Supremo afirma en la sentencia que la ley permite una gratificación extraordinaria como la recibida por Amusátegui, no siendo decisivo, a efectos penales, que tal ventaja 'de cualquier clase' (y, por ende, puede serlo un bonus) tenga necesariamente que venir expresada en el proyecto de fusión, máxime en las condiciones expuestas, cuanto lo decisivo es que los órganos de administración y los de aprobación asamblearia (junta general de accionistas) tuvieran conocimiento y fueran ratificados como tal ventaja de índole económica. De los hechos probados, se deduce que incuestionablemente así sucedió.

Y esto no deja de ser curioso, porque lo cierto es que los accionistas del Santander Central Hispano se enteraron de estas cifras por los medios informativos. En concreto la indemnización que recibió Angel Corcóstegui fue adelantada por Hispanidad.com y rebotada luego por todos los miembros especializados y no especializados.

Respecto a la aprobación de ambas cantidades por parte de los consejeros lo cierto es que los propios defensores de Emilio Botín afirmaron que no se leyó en el Consejo las cantidades percibidas, ni las condiciones del contrato. Si hemos de hacer caso a la defensa de la propia entidad, los tales contratos de salida de ambos banqueros figuraban en una mesita anexa a la mesa del Congreso donde los vocales podían consultarlos si así lo deseaban.

Las precitadas cantidades provocaron un tremendo escándalo en la Banca Española, dado que se entendía que era dinero restado a la retribución del accionista. Por ejemplo, en esas mismas fechas fue cesada Carly Fiorina como primera ejecutiva de Hewlett Packard, segunda multinacional informática del mundo y en la lista de las diez grandes compañías del planeta. Pues bien, Fiorina se fue a su casa con 21 millones de dólares.