Una historia que hemos visto repetidamente en el cine, muchas peleas, un humor infantil y blanco. Si añaden a esto la presencia del incombustible Jackie Chan como protagonista  tienen (aunque les parezca extraño) un éxito de taquilla.

El título original de esta comedia familiar, The Spy Next Door (El espía de la puerta de al lado) explica perfectamente su argumento: el vecino y, al mismo tiempo, novio de una joven separada con tres niños debe hacerse cargo de ellos cuando a ésta le surge una urgencia familiar. En su ausencia, el prometido (convertido en canguro) tiene que hacer frente a todo tipo de incidentes que ocurren a su alrededor debido a su peligrosa profesión de espía

La formula de tipos duros obligados a transformarse en canguros o guardaespaldas de niños metidos en algún  problema y que resultan ser los mejores educadores se repite cada cierto tiempo en el cine: por ejemplo, en 1990 Arnold Schwarzenegger protagonizó Poli de guardería, mientras que otro musculoso, Vin Diesel, hacía lo propio, en el 2005, en Un canguro súper duro. El resultado suele ser siempre el mismo: películas muy previsibles, destinadas a todos los públicos, que resultan entretenidas y simpáticas siempre que el espectador no sea demasiado exigente.

Esa misma sensación provoca El súper canguro. Jackie Chan, con sus increíbles acrobacias y sus planificadas peleas (visualmente muy divertidas), no deja espacio para el  aburrimiento. Como, además, detrás de la cámara nos encontramos a Brian Levant, un director especializado en comedias familiares (Beethoven, Un padre en apuros, Los Picapiedra, etc) todo resulta de lo más engrasado. Mentiríamos si la definiéramos como una buena comedia (no lo es) pero resulta una película muy apropiada para menores de 10 años.

Para: Niños que quieran divertirse un rato