El presidente de los Estados Unidos, George Bush, ha conseguido entrar en un templo protestante chino Sin embargo, durante 10 días que pasó en Pekín, el abajo-firmante no logró acudir a un misa católica. Y naturalmente, no hablo de la Iglesia Patriótica China. Y créanlo que lo intenté. En aquellos momentos uno de esos rumores propios de la dictadura aseguraba que la única manera de escuchar misa en Pekín era acudir a la embajada chilena (la española jamás, como bien comprenderán), una especie de catacumba diplomática. Pero no conseguí que me informaran de cuándo, dado que era secreto. Es más terminaron por colgarme el teléfono. No era miedo, era simple pánico.

Como se sabe, el maoísmo fue el más moderno de todos los comunismos más o menos fenecidos: quería aniquilar a la Iglesia de Roma, naturalmente, pero prefería, en paralelo, conquistar la Iglesia de Roma. Es decir, como un progre occidental cualquiera de ahora mismo. Por eso creó su Iglesia Patriótica. Un paralelo al vaticano, al tiempo que ha perseguido con saña oriental a los obispos, sacerdotes y laicos fieles a Roma.

Sin embargo, sí permite Iglesias protestantes. Ya se sabe, para venderle a Occidente hay que hacerle algunas concesiones. Pero se hacen, no al Occidente cristiano, sino al Occidente moderno, el de una religión para toda la humanidad. En el fondo, los chinos siguen el consejo de Lenin, al que no le preocupaban los malos curas, Es más, afirmaba que debían protegerlos, porque nada mejor que un mal cura para desprestigiar a la Iglesia y prestigiar a la Revolución socialista. Sin embargo, a los curas de fe había que perseguirlos como al mayor enemigo del Partido y del Sistema.

De cualquier forma, China representa la posibilidad de perfecta coincidencia entre socialismo y capitalismo. China es el socialcapitalismo en estado puro. Como ellos dicen: un país, dos sistemas, con la injusticia social del capitalismo y la aniquilación de la libertad personal propia del comunismo. Y es lógico : a fin de cuentas, socialismo y capitalismo acaban por ir de la mano. Están en el mismo polo, y en el lado opuesto de un Cristianismo que defienda la sacralidad de la persona.

El mentecato de Javier Solana sigue afirmando que si no pactamos con China, China nos destruirá. La verdad es que la actual tiranía china nos destruirá antes con un pacto que con mano dura; otra cosa sería una China democratizada. Pero es igual. A China hay que exigirle libertad religiosa. En su caso, el resto de libertades y derechos vendrán por añadidura, incluido el derecho a la propiedad privada Y sin corrupción.

Eulogio López