Nunca han estado claras las competencias de uno y otro organismo. Salvo que el Servicio es un órgano administrativo y el Tribunal es un órgano supuestamente "independiente". Pero siempre se han pisado competencias. Y el Tribunal ha estado infradotado para el desarrollo de unas funciones esenciales para cualquier sociedad que quiera garantizar la efectividad de las reglas de la libre competencia. 

En Italia, el presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) tiene tal importancia que puede aspirar a presidente de la República. En España, ni siquiera es conocido. Pero es que, además, resulta que el órgano de gobierno del Tribunal fue renovado el sábado 13 de marzo. Con legalidad, pero con muy poca estética. Los populares intuyeron que los atentados les harían perder el poder y quisieron salvar los muebles en el organismo. 

Y claro, al PSOE no le gusta que nadie le tosa. El CGPJ sabe muy bien del respeto institucional de los socialistas. Así que el Gobierno plantea una "reorganización" de los organismos de Defensa de la Competencia. ¿A que suena bien? Lanzando una OPA sobre el Tribunal desactivarían toda posible crítica a los abusos de sus amigos empresarios. Pero, eso sí, todo ello revestido de eficiencia, reformas estructurales y "libros blancos" con recomendación de expertos.

Por cierto, ¿qué les pasa a los expertos que desaconsejan el traslado de la Dama de Elche para que el Gobierno no les haga caso?