Penelópe Cruz (en la imagen) espera su segundo hijo. Aunque el primogénito del matrimonio, Leo Encinas, nació al otro lado del charco en enero de 2011, ahora todo apunta a que su hermano pequeño podría venir al mundo en un centro sanitario de España.

La actriz ha sido fotografiada, paseando por las calles de Madrid, exhibiendo su estado de buena esperanza. Unas fotografías que si bien se han difundido en varios medios extranjeros, como el británico «Daily Mail», en España se han vendido en exclusiva a cuatro revistas.

Penelópe Cruz sabe que existe una estrecha relación entre procreación y educación, hasta el punto de que la educación se considera una prolongación o complemento de la generación.

El derecho de la educación de los padres hacia sus hijos está fundamentado en la naturaleza humana, por eso el derecho de educar y ser educado no depende, solamente, de que están recogidos en una norma positiva. Es la familia, por lo tanto, el lugar natural en el que las relaciones de amor, de servicio y de donación mutua configuran la parte más íntima de la persona humana.

Por todo lo visto, la educación de los hijos es una función primordial paterna y materna, cualquier otro agente educador lo será por delegación de los padres. Ante esta realidad, el centro educativo debe ser visto como una institución destinada, con una estrecha colaboración con los padres, en la trascendental labor educativa de los críos.

En algunos casos la educación se limita a la transmisión de determinadas habilidades, mientras se busca satisfacer el deseo de felicidad de las nuevas generaciones colmándolas de objetos de consumo y de gratificaciones efímeras, y de este modo los chavales quedan abandonados ante los grandes interrogantes que surgen, inevitablemente, en su interior a merced de una decadente sociedad que ha hecho del relativismo su programa de vida.

También el Estado tiene la obligación de salvaguardar la libertad de los padres de modo que éstos puedan elegir los centros educativos que juzguen más convenientes para la educación de sus retoños, de acuerdo con su ideario personal.

Los progenitores deben colaborar con el profesorado acudiendo, ambos cónyuges, a las reuniones informativas a las que sean convocados por el colegio. Así mismo, en la medida de lo posible, deberán implicarse en las asociaciones de padres para poder participar en los órganos de gobierno, intervenir en los diversos programas educativos y poner todos los medios para que la enseñanza transmita valores humanos.

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se afirma que "los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos".

Clemente Ferrer

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