Me encanta el nuevo estilo del diario El País. Sigue manteniendo las esencias progres -es decir, cristófobas- pero ahora protege a Mariano Rajoy. Vamos que sigue siendo anticristiano, pero para salvarse de la quiebra necesita ser comprensivo con la política económica del PP. -¿Acaso existe alguna otra política de Rajoy-, mientras arremete contra el papa Francisco (en la imagen) cuando se desvía de los Presupuestos del Nuevo Orden Mundial (NOM) que lo único que pretende es, naturalmente, cargarse a la Iglesia. Más que cargársela, conquistarla.

Tomen el ejemplar de hoy martes. Informe técnico, casi diría tecnócrata, sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2014. Mensaje: el Gobierno lanza otros presupuestos de ajuste duro pero es que no puede hacer otra cosa, el pobre.

Visión que cambia de medio a medio cuando se trata de la reunión del G-8, como se denomina a los ocho cardenales que ha nombrado el papa Francisco para que le ayuden en el Gobierno de la Iglesia. Y es que a El País le pasa lo que al Gobierno Rajoy: trabaja mucho, quizás debiera trabajar menos, así que el cronista de El País, Pablo Ordaz, ha hecho una biografía progre de los nombrados por el papa Francisco. Mensaje: cuidado, Francisco, que corres el peligro de dejar de ser de los nuestros.

Ejemplo, Óscar Madariaga, cardenal arzobispo de Tegucigalpa. Este era de los  nuestros, porque hablaba mucho de los pobres, e incluso le habían adscrito a la teología de la liberación. Pero cometió el error de ponerse "al lado de los golpistas hondureños que derrocaron al presidente José Manuel Zelaya". Ya no es de los nuestros. Hombre, en Honduras sólo hubo un golpista, José Manuel Zelaya, que pretendía reformar la carta magna para mantenerse en el poder por otro mandato, lo que no admitía la ley. El golpista era Zelaya.

Más manipulaciones para el secuestro de un Papa. Otro de los candidatos, el cardenal George Pell, australiano, es un peligroso conservador. Con decirles que era partidario de Juan Pablo II.

Más retratos progresistas de los nominados por el papa Francisco: cardenal Sean O'Malley, de Boston. El País le felicita por haber perseguido los abusos sexuales de clérigos. Eso le ha ganado las simpatías de la progresía. Naturalmente, se olvidan de que O'Malley ha sido el látigo de la política abortista de los demócratas de Barack Obama y Hillary Clinton. Eso no interesa.

El alemán Reinhard Marx pasa por ser una de las grandes cabezas del Colegio cardenalicio. Pues bien, para El País es sospechoso, porque ocupa el Obispado de Munich, de donde llegó el pérfido Benedicto XVI.

Así que  ya lo saben: Wojtyla malo, Ratzinger malo, el bueno es Francisco. Ahora bien, resulta que Francisco no hace otra cosa que nombrar a seguidores de ambos papas. ¡Los disgustos que nos dan los pontífices... Y ya lo sabes, Bergoglio: si quieres ser el papa de la progres (que no de los pobres), a ver si caminas por donde nosotros marcamos. O dicho al modo de los campesinos alemanes de los tenebrosos tiempos de la reforma protestante: "Rey soberano será si hace nuestra voluntad".

Y cuando se den cuenta de que no va a hacer su voluntad, comenzará la persecución abierta. Por el momento, el NOM aún tiene esperanzas en el pontífice argentino, aunque ya se empieza a alarmar. Este chico...

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com