El director argentino Juan José Campanella, reconocido en nuestro país por sus agridulces comedias (El hijo de la novia, El mismo amor, la misma lluvia etc), cambia de registro para narrarnos un relato de suspense, de crónica negra, que, en su trasfondo, cuenta una bella historia de amor. 

Benjamín Expósito ha trabajado toda la vida como oficial en un Juzgado Penal. Ahora acaba de jubilarse y decide escribir una novela para ocupar sus horas libres. No necesita recurrir a la ficción sino narrar una historia real de su pasado que le conmocionó, cambió su vida,  y sobre la que todavía no se ha escrito la última página. Corre el año 1974 y a su juzgado, al que recientemente se ha incorporado la bella Irene Menéndez Hasting, le encomiendan la investigación de la violación y el asesinato de una mujer joven y hermosa. De esta forma Benjamín conoce al enamorado y desconsolado esposo de la víctima, Ricardo Morales

La mayor cualidad del cine de Campanella se encuentra en el acierto con el que describe la humanidad de los personajes que desfilan por sus películas así como las relaciones que mantienen. En El secreto de sus ojos vuelve a convencer en esa parcela y nos sitúa como espectadores privilegiados del horror que produce un crimen de violencia sexual pero, lo que verdaderamente prima en este largometraje, son dos historias de amor que corren paralelas a lo largo de 30 años y una amistad capaz de asumir el mayor sacrificio. Igualmente, aunque parezca increíble en un relato tan trágico como éste, el humor también tiene su  hueco en los bien trabajados diálogos

Magníficamente fotografiada por Félix Monti (a destacar los primeros planos de los ojos a los que se recurre constantemente como elemento narrativo), en el reparto encontramos intérpretes en los que Campanella confía plenamente. Es el caso de Ricardo Darín (su actor fetiche) o Soledad Villamil, sin embargo el  que encandila en esta ocasión es el veterano Guillermo Francella en el agradecido papel de Pablo Sandoval, el amigo del protagonista.

Basada en la novela de Eduardo Sacheri titulada La pregunta de sus ojos, Campanella (gran lector de novela negra) se inspiró en este relato porque respondía a una pregunta que muchas veces se había formulado: ¿Cómo se llega a estar solo en la vida?

Para: Adultos que quieran contemplar cine negro diferente e interesante. Aviso a navegantes: cuenta con un par de imágenes realmente duras