El pasado lunes el presidente del BBVA, FG, arremetía con dureza contra la guerra del depósito iniciada por el Santander. Cada empresa tiene sus necesidades, desde luego no es nuestro caso. Sugería de esta manera que el Santander de Botín había iniciado la guerra del depósito ante problemas de liquidez. Unos problemas tan acuciantes que le hacían remunerar un 4%, claramente por encima de mercado.
Pues bien, la respuesta llegaba este jueves. El vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, señalaba que la guerra del depósito fue una estrategia comercial, no de liquidez. Es decir, se trataba de robar clientes a la competencia por la vía del depósito toda vez que la vía de los préstamos parece languidecer. Y según Inciarte, la estrategia no ha salido mal: han logrado captar 200.000 nuevos clientes. ¿Seguirán con esta estrategia? No parece. Veremos lo que nos conviene; pero en sus rasgos principales, la operación está rematada, señala. Se ha logrado el objetivo de captar clientes y sobre todo de colocar a las cajas en un callejón sin salida de fusiones sí o sí.
