• La tregua comenzó en marzo del 2012 y consiguió reducir el número de homicidios en uno de los países más violentos del mundo.
  • El obispo católico Colindres dice que se trata de "un diálogo de las iglesias y la sociedad civil con las agrupaciones violentas del país, a fin de desactivar el ciclo de la violencia". 
En El Salvador, desde hace dos décadas existe una guerra brutal entre las 'maras' (pandillas violentas) que han convertido a ese país en uno de los más violentos del mundo. Unos 60.000 jóvenes y niños integran las 'maras', principalmente la Mara Salvatrucha (en la imagen) y la Barrio 18, que se enfrentan entre sí y aterrorizan a la población con sus extorsiones.

Gracias en parte a la labor mediadora del obispo castrense Fabio Colindres y al ex guerrillero Raúl Mijango, en marzo del 2012 comenzó una tregua entre las 'maras' Salvatrucha y la Barrio 18 que bajó los homicidios a una tasa de 42 por cada 100.000 habitantes --desde los 66 registrados previamente--. Por eso, ahora se busca prorrogarla.

Según Colindres, "se trata de un relanzamiento de la estrategia de pacificación basada en el establecimiento de un mecanismo formal de diálogo con las pandillas, es decir, un diálogo de las iglesias y la sociedad civil con las agrupaciones violentas del país, a fin de desactivar el ciclo de la violencia".

Es decir, se trata de que las iglesias cristianas coordinen directamente con las pandillas el proceso de paz, que los jefes de las pandillas enemigas puedan dialogar entre sí y que el Gobierno entable una mesa de diálogo con la sociedad civil.

Por su parte, Alfredo Segovia --un pastor evangélico-- ha explicado que debe quedar claro que no se propone que el Gobierno negocie con grupos delictivos. "Deseamos que el Gobierno brinde las facilidades para que los interventores de paz realicen el mejor esfuerzo de pacificación de una manera directa, comprometida y sin obstáculos".

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com