• Acuerdo de Gobierno en Alemania entre La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD).
  • El acuerdo incluye también mejoras en las pensiones y un compromiso para permitir la doble nacionalidad.
  • Encima Rajoy ha alabado hoy miércoles la congelación salarial en España.
La Unión Cristianodemócrata (CDU), liderada por la canciller, Angela Merkel (en la imagen), la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) cerraron anoche un acuerdo para gobernar los próximos cuatro años.

El acuerdo, que intenta dar respuesta a las principales reivindicaciones de los tres partidos, incluye mejoras en pensiones y dos de los puntos clave para el SPD: un salario mínimo interprofesional de 8,50 euros por hora fijado por ley a partir de 2015 y un compromiso para permitir la doble nacionalidad.

El último escollo que deberá superar este acuerdo será la consulta a la militancia socialdemócrata, ya que el principal partido de la oposición se comprometió a someter a sus más de 470.000 afiliados un eventual pacto de coalición. El reparto formal de los ministerios no se realizará hasta conocer el resultado de la consulta a la militancia socialdemócrata.

Si pasa esa prueba -el resultado de la consulta se espera para el 14 de diciembre-, Merkel podrá ser investida por el Bundestag el 17 del mismo mes con el voto de 504 de los 631 diputados de la cámara baja.

Analicemos el pacto sobre el salario mínimo y comparémoslo con España. El acuerdo alemán contempla un salario mínimo interprofesional de 8,50 euros por hora. Eso significa que, para 40 horas de trabajo semanales, la cantidad asciende a 340 euros. Es decir, unos 1.360 euros al mes (en 4 semanas).

En España, para doce pagas, el SMI está en 754 euros brutos al mes; y en 641 euros al mes por 14 pagas. Y, para más inri, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha defendido hoy miércoles que es mejor tener un menor incremento de los salarios con una inflación más baja que lo que sucedía con las "políticas fracasadas" de los socialistas que han llevado al país a su situación actual. Vamos, que lo de la congelación de los salarios le viene muy bien ahora al país. Las comparaciones con Alemania resultan, sencillamente, odiosas.

Otros puntos acordados en Alemania son: el compromiso de mantener el curso de consolidación presupuestaria, sin recurrir a subidas de impuestos; no habrá nueva deuda a partir de 2015.

También, la mejora de las pensiones para las madres de hijos nacidos antes de 1992 y flexibilización de la jubilación a los 67 años para que los trabajadores con 45 años cotizados puedan jubilarse a los 63.

La implantación en 2017 de una "pensión mínima de solidaridad" de 850 euros mensuales.

El aumento de las inversiones en infraestructura de transportes y en educación y ciencia.

La aprobación en 2014 de un peaje en las autopistas alemanas para automovilistas extranjeros, reivindicación de la CSU que deberá respetar el derecho europeo y no suponer una carga adicional para los conductores alemanes.

La doble nacionalidad: los hijos de inmigrantes nacidos en Alemania podrán mantener tanto la nacionalidad alemana como la de sus padres, como reclamaba el SPD. En este momento la mayoría tiene que escoger antes de los 23 años.

También, el compromiso con Europa y el euro: el futuro Gobierno alemán ratifica la necesidad de recortar las deudas nacionales y aprobar reformas para ganar competitividad y reconoce la necesidad de combinar esa política con inversiones sostenibles.

Por otra parte, la coalición ha acordado la creación de reglas más estrictas de regulación bancaria: "Ningún mercado, producto y actor financiero sin supervisión", reza el acuerdo.

Así como el  mantenimiento de la meta del abandono de la energía nuclear para 2022: las energías renovables deberán suponer entre el 55 y el 60 % del total en 2030.

Programa ambicioso, sin duda. Y con un sesgo socialdemócrata. Y gran envidia en lo que respecta a los salarios y las pensiones.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com