Parecen apagarse los ecos del libro de Pilar Urbano. Tras el griterío llega la calma y se simplifican las polémicas. Ahora todo estriba en saber si Juan Carlos I estaba detrás de la operación Armada, antes del 23-F durante el mismo golpe.

Pues mire usted, no lo sé, pero sí me consta el testimonio del propio Armada a un amigo, en el que exculpaba al Rey de su actuación en el Congreso aquella fatídica noche. Y en ese momento no tenía por qué mentir. Ya había pasado por prisión, ya estaba amortizado.

En cualquier caso, a mí me sorprende que hasta en aquellos difíciles años de la Transición, el Rey (en la imagen junto a su hijo) optara por un militar para resolver aquella situación caótica. Lo digo porque el actual monarca tiene muy claro que cuando su abuelo, Alfonso XIII, se echó en manos de un militar terminó en el exilio. Y lo mismo le ocurrió a su cuñado Constantino de Grecia.

Tiendo a pensar que no es cierto. Ahora bien, que la tesis de Urbano se barajara... me imagino que se barajó todo. Dicho esto: lo que sí es cierto es que la tesis se ha re-publicado en el momento más inoportuno.

Por cierto, el Príncipe Felipe ha dejado de tener prisa para acceder al Trono. Su esposa, Doña Letizia sí lo tiene, pero esa es otra cuestión.

Eulogio López

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