Pasado el colocón informativo del Estatut, es hora de hacer balance. Resulta que el referéndum para la reforma del Estatuto de Cataluña ha tenido un coste superior a los mil millones de las antiguas pesetas. Exactamente, 6.213.386,17 euros, que el gobierno ha decidido financiar contra el fondo de contingencia. Un pico que se hace más doloroso al comprobar la absoluta pasividad del pueblo catalán, ajeno a las batallas identitarias en las que se encuentra inmersa la casta política catalana.

Eso sí, como España es una nación, el Estatuto es una Ley Orgánica y el referéndum es potestad exclusiva del Gobierno con la firma de SM, el referéndum lo pagamos entre todos. Ah! ¿Qué falta la delegación del gobierno central y la firma del rey? Da igual, se paga a pachas. Porque lo bueno del Estatuto catalán es que como dicen los niños- lo tuyo es mío y lo mío es mío. Eso es solidaridad.