¿A qué no saben en qué se parece el Real Madrid de Florentino Pérez a la serie televisiva Aquí no hay quien viva?

En que el portero es el protagonista.

¿A qué no saben en qué se parece el Real Madrid al Festival de Eurovisión?

En que nunca gana Luxemburgo.

Cuando el pueblo, en este caso los madridistas, supera la fase del cabreo profundo y simplemente se dedica a crear chistes y a reproducirlos por Internet, es cuando los máximos responsables de la institución viñetizada deben comenzar a preocuparse. Y mucho.

El barrio (perdón, municipio suburbial) de Madrid capital que lleva por nombre Getafe dio el domingo 13 un repaso a un Real Madrid compuesto por activos de gran valor pero envejecidos. Incluso prematuramente envejecidos, como Raúl, Figo, Beckham, Zidane, Roberto Carlos, etc, y le ganó por 2 a 1. Tras la eliminación de la Liga de Campeones, y con el Barça a 11 puntos, puede decirse que el Real Madrid ya ha perdido el año : la esperanza volverá en septiembre.

La verdad es que el madridismo tiene la sensación de que lo que le ocurre al Real Madrid es muy sencillo : sus jugadores no pueden llegar más alto, así que se dedican a rentabilizar su pertenencia al club con más galardones del mundo. Un reportaje de Canal Plus (¡qué rendimiento más extraordinario le saca Polanco a su cuasi-monopolio de las retransmisiones futbolísticas!) demostraba que las estrellas del Real Madrid cada día corren menos, suben menos la banda, dan menos pases de goles... y marcan menos goles.

La verdad es que llevan una vida muy agitada. Beckham, por ejemplo, es más modelo publicitario que jugador de fútbol. Y el hombre, lógicamente, está agotado. Figo dedica sus buenas horas a su señora, modelo, para que recuerde el tiempo pasado en las pasarelas. Guti no tiene tanto sentido comercial como Beckham, pero no duda en fotografiarse con su nueva compañera, en pelota picada y actitudes algo más que insinuantes. Eso también conlleva un esfuerzo.

¿Recuerdan aquel libro azul o era blanco- que Florentino exhibía como vademécum de su reinado y en el que se decían cosas tales como que los jugadores del Real Madrid siempre estarían a disposición de los aficionados, especialmente de los niños, no armarían grescas en el campo de fútbol, no montarían numeritos con los árbitros (síntoma de debilidad -según Florentino-, serían disciplinados ante los responsables técnicos, por ejemplo, ante los tres entrenadores y tres directores deportivos que lleva el equipo en lo que va de temporada) y llevarían, en suma, una vida ejemplar, modélica, especialmente en su condición de ídolos de los más jóvenes?

Al parecer, del libro no se ha hecho una segunda edición. Es muy posible que la primera no esté agotada. Y también es muy posible, que el propio presidente Florentino Pérez no esté dando ese ejemplo de humildad que solicita a sus jugadores. Florentino considera, como Santa Teresa, que la humildad es la verdad. Y la verdad es que él es genial: el mejor presidente.

El actual Real Madrid está a hecho a imagen y semejanza de Florentino Pérez: soberbia disfrazada de humildad, que hacen que los galácticos estén muy mal criados. Gente que gana tropecientos mil millones y que están enfadados porque no ganan supertropecientos mil millones. Ahora bien, para un personaje como Florentino, ¿cuál es la solución? Más de lo mismo. Volverá a fichar a más galácticos, que serán incapaces de la menor autocrítica (como el propio Florentino, tanto en su versión futbolera como empresarial) y que en cuanto se vistan de blanco considerarán haber llegado a la meta, al final de una etapa, no al comienzo de un nuevo reto.

Como dicen de algunas multinacionales: El Real Madrid es un barco que hace aguas por su parte superior. Pero esto es lo malo: que no se puede fichar presidentes.

Eulogio López