Lo publica este lunes la prensa: Jorge Dezcallar ha sido nombrado director del comité gestor geoestratégico internacional de Repsol YPF. O sea, que ha sido colocado por el PSOE en pago de los servicios prestados. Y no son pocos. Primero fue el embajador de cámara del ex presidente Felipe González. Fue el último embajador de España en Marruecos antes del 11-M. Suspendidas las relaciones diplomáticas con el país vecino, fue nombrado director del CNI. Y curiosamente, defendió las tesis de Rubalcaba entre el 11 y el 14 sobre las mentiras del gobierno : el CNI nunca defendió la autoría de ETA. Ergo el gobierno mentía.

Nunca informó sobre lo que sabía de los atentados y sin solución de continuidad fue nombrado embajador de España ante la Santa Sede, una de las embajadas más lustrosas del servicio exterior español. Pero había que dejarle sitio a Paco Vázquez para que no le saliera más urticaria con el Estatuto catalán. Así que la patada hacia arriba del gallego llevó aparejada la salida de Dezcallar.

Y como es lógico, el afectado pidió compensación. Voilá. Director del consejo gestor geoestratégico internacional de Repsol. Un puesto muy vistoso, pero de escaso contenido y elevado sueldo. Justo lo que se necesitaba. Formalmente, en la petrolera afirman que Dezcallar allanará los caminos en la estrategia internacional de una petrolera que por cierto- se ha convertido en un mirlo blanco después de que el gobierno ha abierto la puerta grande para zamparse Endesa.

Dezcallar no es el único nombramiento de la órbita socialista. Hace un año fue nombrada Paulina Beato como consejera independiente de la hispanoargentina. Una mujer profesionalmente vinculada a Solchaga. Diseñó el Plan Nacional de Energía en la primera legislatura del felipismo, fue presidenta de Red Eléctrica Española de 1984 a 1988 y consejera de CAMPSA entre 1983 y 1987.

Además, trabajó en el campo de supervisión bancaria en el FMI entre 1994 y 1995 y desde entonces hasta 2005 formó parte del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Actualmente, y para demostrar su independencia, es consultora en el Área Económica de recientemente creada Secretaría General Iberoamericana. O sea, un colocón en toda regla. Como el de Dezcallar. Para que luego digan que Solchaga ya no manda. Manda y mucho.