Ya está. Aguilar anunció que llegaría en junio y ha llegado en el primer consejo de ministros de junio. El Gobierno ha aprobado este viernes el proyecto de Ley de identidad sexual como cumplimiento de su compromiso electoral y ético con una parte de la ciudadanía. El proyecto de ley permitirá el cambio de sexo registral cuando no se corresponda con la identidad de género, explica De la Vega. Es decir, que si Ud no se encuentra perfectamente cómodo/a con su cuerpo, no es que le vayan a dar a otro, sino que le inscribirán como el sexo opuesto. Todo ello en aras de la realidad, por supuesto. Manda huevos, que diría Trillo. Con perdón.

Y es que según De la Vega- la transexualidad es una realidad que exige la respuesta del legislador. Según la vice, el Estado tiene la obligación de garantizar el despliegue pleno de su sexualidad para dignificar la vida de estas personas. Curiosamente, esta vez no se ha atrevido a decir que se trata de 4 millones de personas, porque la exageración de las mentiras termina siendo muy poco creíble y volviéndose en la contra.

Los más malévolos señalan que si algún hombre tiene dificultades de acceso al Consejo de Administración de una compañía, puede optar por el cambio de sexo registral. Le cambiarán inmediatamente de nombre, no le exigirán engorrosas operaciones difícilmente reversibles y podrá entrar en el tan deseado consejo por la vía de la cuota. ¿A qué está bien pensado?