El programa televisivo 'Sálvame' que emite Telecinco, presentado por Jorge Javier Vázquez y Paz Padilla lo considero zafio, grotesco y manipulador. Enfrenta a los invitados al programa para que discutan y muestren sus intimidades. Bochornoso espectáculo el abandono del plató por parte de Belén Esteban tras una gran riña con Lydia Lozano (ambas en la imagen).

Belén Esteban ha sido la protagonista, tras un robo en su casa, mientras se encontraba de vacaciones en Miami. Era la tertuliana, la invitada del programa. Aparte de robarle dinero en metálico y joyas, los ladrones se llevaron también ropa interior.

Jorge Javier Vázquez, un personaje nada de fiar, llegó a decir que, posiblemente, se subasten sus bragas y sujetadores en eBay, un comentario poco afortunado.

El presentador hizo entrar al plató a Lydia Lozano, que había estado ausente y acababa de llegar, y le pidió a Belén Esteban que repitiese lo que había dicho minutos antes. Había recriminado a Lydia que dijese que mantenía a Fran, cuando Charlie, su marido, también era un mantenido.

Tras un fuerte careo, Belén Esteban se quitó el micrófono, anunció que dejaba el programa 'Sálvame' y se marchó del plató con gran enfado. Lydia Lozano, sollozando, no daba crédito a la embestida que había soportado: es la vaciedad de un programa que falta el respeto a la persona y, además, deforma la verdad.

Hace tiempo Telecinco finiquitó el programa 'Aquí hay tomate', por su atronadora bajada de audiencia. El espacio comenzó con un "share" del 23% y, en las últimas semanas de su existencia, solo consiguió el 18,5%, por debajo de la media de la cadena. 'Sálvame' puede seguir por el mismo camino y llegar a un final estrepitoso.

El medio televisivo camina hacia el mal gusto, la vulgaridad, la ordinariez y la mediocridad. La violencia, el morbo por la vida privada, la falta de los más elementales valores morales, éticos o sociales. Todo ello con un objetivo: la búsqueda cada vez más radicalizada de la rentabilidad. Sólo importa la audiencia.

En Estados Unidos las asociaciones de telespectadores lograron que un programa de gran audiencia, que degradaba al ser humano y, de modo especial, a la mujer, fuera suprimido. La amenaza fue contundente: los afiliados a estas instituciones para la defensa del consumir, que aglutinan a varias decenas de millones, no consumirían los productos anunciados en el programa. Los anunciantes retiraron la publicidad de dicho espacio televisivo. Esta es la fuerza del telespectador.

No olvidemos que la televisión basura es más dañina que el terrorismo o la droga, ya que destruye lo más grandioso que tiene el ser humano, su valor trascendente.

Por último, no podemos consentir que se  produzca la aseveración de Lope de Vega: "Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio, para darle gusto".

Clemente Ferrer

clementeferrer3@gmail.com