Gas Natural Fenosa presiona al Ejecutivo para que opte por la regasificación. La empresa de La Caixa no confía en la lucha contra el fraude en las renovables. Encima, Francia cierra las puertas al Mezgad

Se acumulan los problemas sobre la mesa del Gas Natural Fenosa (GNF). Los argelinos han ganado el pleito sobre el precio del gas que nos hacen llegar por el gasoducto del Magreb (vía Marruecos) y ahora presionan de lo lindo. No olvidamos que el inefable ministro de Industria, Joan Clos, otorgó a los argelinos un permiso para vender su gas en España.

El laudo que da razón al país magrebí llega en el peor de los momentos. Sobra gas en España y encima sus precios en los mercados internacionales están por los suelos. Por si fuera poco, los franceses no están dispuestos a que el nuevo gasoducto submarino del Magreb (Medgaz), que unirá la argelina Beni Saf con Almería, enlace con la red europea de gasoductos, a pesar de que la francesa Total-Cepsa es accionista de referencia junto a la argelina Sonatrach. Los franceses (especialmente Suez-GDF) andan moscas por la alianza entre Rusia y Argelia para controlar el gas en Europa, así que cierran su frontera y que el gas se lo coma España. Durante la última subasta estacional (open season), con 6 BCM de capacidad, sólo acudió Gas Natural Fenosa, que solicitó el 25%.

Las consecuencias de la actitud francesa están claras: habíamos conseguido reducir el consumo de gas argelino hasta el 33% del consumo total nacional y ahora podemos subir hasta el 55%.

Gas Natural Fenosa contraataca. Al menos tiene dos peticiones que hacerle al ministro de Energía, Miguel Sebastián. La primera, que reduzca las primas a las renovables, para que las térmicas de ciclo combinado aumenten su participación en la producción de electricidad. No lo va a conseguir. Sebastián se ha rendido ante las renovables y sólo acepta reducir el fraude en la concesión de subvenciones, especialmente la fotovoltaica.

La segunda es que se acelere la regasificación de gas licuado traído de otras países en metaneros, pues España cuenta con la infraestructura de plantas regasificadoras más importante de Europa. Veremos.

Al ministro Sebastián le gusta mucho más la posibilidad de negociar con Argelia mejores precios y condiciones de abastecimiento. Ahora bien, ¿para qué van a negociar los argelinos si han vencido en los tribunales?

En cualquier caso, Gas Natural Fenosa afronta el reto más importante desde la compra de Fenosa. Y no resulta un reto sencillo.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com