Era el terror de los piratas y un nido de caraduras... hasta ahora. Años atrás, la SGAE se erigía en la campeona de la lucha contra la piratería y los robos en ese apartado tan delicado de los derechos de autor. Loable fin para el que se eligió un mal alfil. Días atrás el director de Relaciones Corporativas era condenado por utilizar el dinero de los autores para su afición a los locales de alterne. Ahora, la CNMC multa la SGAE con 3,1 millones de euros por su gestión de los derechos en los conciertos.

Sí hay que luchar contra la piratería, pero a lo mejor hay que usar otros paladines. Si lo piensan bien, ¿para qué tienen que existir intermediarios privados de derechos de autor Si se trata de un derecho, lo lógico es que lo administre el Estado.

Hispanidad

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