• A pesar de los solícitos esfuerzos diplomáticos españoles, cierra la vía a los eurobonos.
  • Cuestión importante, dado que Finlandia se ha convertido en el vocero de Alemania y de la insolidaridad en la eurozona.
  • El primer ministro llegó a despreciar a Italia al aludir a la situación de países cuyo pasivo es mayor que su PIB.
  • El sustrato del discurso: nada de solidaridad.
  • La solución de los ricos: que España pida el rescate cuanto antes para luego poder controlarla.

El primer ministro finlandés, Jyrki Katainen -a quien Soraya Sáenz de Santamaría (ambos en la imagen) ha dedicado innumerables elogios en su presentación durante la mañana de este martes en el Foro de Nueva Economía- es un hombre joven, educadísimo, de una diplomacia exquisita que, sin embargo, habla en plata: nada de eurobonos, es decir, de solidaridad europea, porque "para lo único que sirvieron al principio es para que algunos países que no debían hacerlo, adquirieran dinero barato" y dispararon el gasto público y la deuda... Y podría darse la circunstancia de que un país, en probable alusión a Italia, "llegara a tener un pasivo superior a su PIB  bruto", una situación que juzga tan escandalosa como inconveniente. Los finlandeses no son en absoluto partidarios, y así lo ha dado a entender, de que países como ellos, con su economía, absolutamente saneada, tengan que hacerse cargo y ser responsables de las deudas de Europa.  

Ha defendido Katainen la política de austeridad y recortes,  así como las "reformas estructurales", y ha alabado las actuaciones que está llevando a cabo el Gobierno Rajoy. "España- ha dicho- merece unos tipos de interés más bajos teniendo en cuenta las medidas adoptadas". También ha señalado que con los mecanismos actualmente disponibles en la Unión Europea, incluida la propuesta del BCE de comprar deuda soberana, se pueden "evitar rescates adicionales". No se ha pronunciado directamente sobre la conveniencia de que España pida el rescate lo antes posible, pero ha puesto el ejemplo de Portugal: "Un país que quiso hacer las cosas a su manera al principio, por su cuenta y luego tuvo que pedir el rescate y ya sabemos todos los que ha ocurrido".

El primer ministro finlandés ha hecho memoria y ha recordado la terrible situación que vivió su país en los noventa cuando el paro llegó a alcanzar el 20%. Desde su experiencia, y al ser preguntado al respecto, sobre qué líneas no deben superarse con los recortes, afirmó que las políticas destinadas a la juventud, "porque con la crisis del euro corremos el riesgo de tener una generación perdida". Lo dice un país que puede permitirse el lujo de garantizar por ley actualmente a los jóvenes un trabajo o la posibilidad de estudiar, como él mismo ha explicado. Y si se lo puede permitir es por qué su deuda pertenece al selecto grupo de la triple A, la máxima clasificación crediticia.

Katanien ha expresado su fe en la Unión bancaria, siempre que haga "tabula rasa" y se cree un organismo de supervisión y regulación  financiado por los propios bancos que funcione como debe ser. "No puede convertirse en un mecanismo de financiación de bancos buenos y malos" porque, ha añadido, "hay bancos buenos en todas partes y bancos malos en todas partes". También ha señalado que "todos debemos concentrarnos en las oportunidades que tenemos para evitar rescates adicionales y creo que podemos hacer las cosas de manera que la zona euro pueda ayudar a todos los países a resolver sus problemas". No han faltado las críticas directas a Alemania y Francia por incumplir las reglas del compromiso de estabilidad.

La palabra injusticia ha sido muy repetida, la injusticia que supone que "los esfuerzos que hace España no se hayan valorado a la hora de calificar la deuda", la injusticia que perciben los ciudadanos cuando sufren los recortes y no pueden entender que estos tendrán "repercusiones positivas" a largo plazo. Ninguna alusión a la injusticia manifiesta latente en que los países del norte de Europa se estén financiando a costa de los países mediterráneos. Ha dicho que a la hora de fundar la Unión Bancaria tenemos mucho que aprender de Estados Unidos. Podría empezar ya. Allí sería inconcebible que un Estado como Nueva Jersey, uno de los más ricos, permitiera que California, por ejemplo, pasara las calamidades que España e Italia están pasando para pagar su deuda. Hay una deuda única y una verdadera unión monetaria y económica.

Sara Olivo
sara@hispanidad.com