En las jornadas de The Economist

Gran expectación en la mañana de este lunes para escuchar al presidente Zapatero. Sobre todo después de que este domingo anunciara que el próximo viernes el Consejo de Ministros aprobaría probablemente la Ley de Economía Sostenible. De la materia, nada. Lo que sí dijo es que la recuperación ya está en marcha en los países desarrollados y en los países emergentes; en España estamos a punto de entrar en tasas intertrimestrales positivas. No obstante es incapaz de fijar fechas para la creación de empleo. Tampoco fue capaz de poner fecha a la recuperación, aunque señaló que llegará más tarde que en las economías de nuestro entorno porque España entró en recesión más tarde. ¿No había asegurado que saldríamos al mismo tiempo que el resto? Después dijo que lo importante no era cuándo sino cómo. Ahora asegura que llegaremos en el furgón de cola.
Sí se comprometió en cambio a establecer una estrategia de crecimiento económico sostenible para la próxima década con una agenda e indicadores que permitan la fiscalización y evaluación de las medidas adoptadas. También confirmó que el Fondo de Economía Sostenible estará dotado con 20.000 millones de euros. ¿Para qué? No ha concretado. Para respetar los tiempos. O sea, que todavía están perfilando la ley. Pero sí ha concretado que la eficiencia energética, el vehículo eléctrico y la reforma del sistema financiero estarán ahí.
Las reformas son equiparadas a la reconversión industrial de los 80s. Por eso este domingo se dejó revestir de Felipe González y apeló a la tradición reformista del PSOE. La diferencia es que en los 80s los sindicatos se echaron a la calle. Ahora Zapatero les pide cariño y les agradece la paz y la cohesión social. No es lo mismo.
El optimismo de Zapatero es explicado en la capacidad de nuestra economía de ir recortando nuestros desequilibrios (excesiva dependencia del ladrillo, exceso de endeudamiento del sector privado y diferencial de inflación con la UE). Hemos recortado el peso de lo inmobiliario del 13 al 5% del PIB, el endeudamiento privado ha pasado del 9,6 al 5,8% y la tendencia a la pérdida de competitividad por la vía del diferencia de inflación se ha invertido en los últimos meses. La confianza que reclama Zapatero se basa en que hemos multiplicado por 3 las inversiones en I D desde 2004, hemos duplicado la inversión en Educación. Para los agentes sociales, un recado: tras solventar los convenios colectivos tras los malos momentos de julio hay que entrar en la fase dos: emprender las reformas para mejorar las capacidades.