También defiende la presencia de las CCAA en las cajas

Las cajas nacieron un siglo y medio antes de que se crearan las comunidades autónomas. Por lo tanto, no son un brazo financiero de las CCAA. Pero lo parecen. Cuando surgen las CCAA, éstas se meten en el control de las cajas. En algunos casos, el control llega al 76% de los órganos de Gobierno. Entonces la CECA dijo que aquello era excesivo. Hasta aquí. La reforma señaló una presencia gubernamental de hasta el 50%. Quintás reconoce que le pareció excesiva, pero que había que permitir que funcionara la prueba del algodón del exceso de intervención.

El riesgo, apunta, es que los gobiernos lo consideren parte de su departamento. Ese riesgo no se ha materializado, pero el control es excesivo. Y el ruido político a veces es estruendo dañando nuestra imagen. Así que Quintás aboga por regresar al espíritu original de las cajas fundadas por particulares para protegerlas de la voracidad de los poderes públicos, señalaba Diego Medrano, fundador de las cajas españolas. En esas está la CECA. Ya veremos si el Gobierno está dispuesto a modificar la Ley Financiera. El modelo bien podría ser el catalán que establece un autocontrol del 25% y que no ha generado ruido, sino colaboración y simbiosis. Porque Quintás también defiende la presencia de las CCAA en los órganos de gestión. Pero una presencia equilibrada con los depositantes y los empleados. Ese equilibrio hoy no existe, concluye el presidente de la CECA.

Por otra parte, Quintás se ha referido a los siguientes asuntos:

·                                 Regulación: En España es buena, pero excesiva; no tiene sentido que para emitir un anuncio publicitario tenga que ser revisado por 18 entidades

·                                 Primar nuevos préstamos. Cuidado porque se podría amenazar la refinanciación de los viejos y no servir para nada

·                                 Ratings: No entiendo cómo puede ser que tengamos un rating más bajo después de contar con el respaldo estatal

·                                 Perspectivas 2010. Mi valoración es más pesimista que la de FUNCAS, aunque ellos siempre me terminan corrigiendo; pero yo observo problemas graves de competitividad