El acoso de los medios de comunicación catalanes al PP catalán es de órdago. El pacto del Tinell acordó marginar a los populares de las instituciones. No se podía pactar con el PP para nada, algo que honestamente, resulta escasamente democrático. Tanto, como que en el subconsciente colectivo catalán, es justificable reunirse con etarras en Perpignan, pero no es de recibo firmar un presupuesto con los populares. Cuestión de simetría. Una simetría que explica por qué ningún partido democrático lamentó el acoso a las sedes del PP durante la anterior legislatura. Algo habrá hecho debían de pensar.

Pero lo que resulta más llamativo es lo que esa actitud sectaria se traduzca también en los medios de comunicación. Porque una cosa es que los medios tengan su tendencia, su ideología y hasta sus intereses. Y otra cosa es que marginen de la alcachofa a quien ostenta representación parlamentaria y que guste o no guste representa a un determinado porcentaje no menor- de españoles.

Atentos a la anécdota vivida en Radio Estell en conversaciones mantenidas con los responsable de prensa del PSC, ERC, CiU o ICV

- Queremos invitarle para un debate

- De acuerdo, ¿quién más va a estar?

- Pues estará también un representante de CiU, PSC, ERC, ICV y del PP

- ¿Y por qué invitáis a los del PP?

Al enemigo, ni agua. Y por supuesto, ni alcachofa. Palo al mono hasta que hable inglés. Y eso con un PP paniguado, que juega al catalanismo y trata de hacerse el progre, repartir píldoras anticonceptivas, jubilar a Acebes y a Zaplana, buscar el consenso en el CAC y anular el castellano en su página web. Da igual: al PP ni agua. ¿Es o no es sectarismo?