Sr. Director:

Cristina Kirchner estuvo a favor la privatización YPF en 1992, hoy  20 años después, Carlos Menem apoya su nacionalización. Paradojas de un partido político desopilante.

 

La Argentina y España se encuentran inéditamente atentas a un mismo asunto: La nacionalización de YPF, filial argentina de Repsol. Diarios, portales de internet, radios y programas televisivos han explicado con lujo de detalles los aspectos técnicos y las eventuales consecuencias de esta "espectacular" medida de gobierno.

Lo que me propongo ahora es describir (o al menos intentar) la lógica política del partido gobernante ante esta emblemática empresa. La cual para los argentinos es una representación misma de "La soberanía" y al mismo tiempo despierta sentimientos de un nacionalismo cuasi romántico.

En 1992 el Partido Justicialista (Peronismo) estaba en el poder, el entonces presidente Carlos Saúl Menem dentro del marco de la ley de reforma del estado privatizo Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Empresa que por entonces pertenecía en un 100% al estado argentino y era internacionalmente reconocida como una de las pocas compañías petroleras del mundo que arrojaba perdidas.

Con argumentos de maximizar la eficiencia, atraer capitales y fomentar la inversión privada el Peronismo en su gran mayoría apoyó el proyecto y la empresa fue privatizada. En aquella época Néstor Kirchner era gobernador de la provincia patagónica de Santa Cruz y tanto él como su esposa se transformaron en férreos defensores del proyecto. Santa Cruz es un distrito petrolero y los vaivenes de YPF repercutían directamente en la vida del territorio que por entonces gobernaba Néstor Kirchner.

Dos décadas después Cristina Fernández de Kirchner lleva adelante el proceso de nacionalización de la empresa, es decir, dar marcha atrás con lo sucedido a inicios de los 90. Su discurso se nutre de conceptos como la defensa de la soberanía hidrocarburifera y la recuperación de los recursos entregados por anteriores gobiernos. Pareciera que como si por arte de magia hubiera olvidado como ella y su esposo fueron cómplices del supuestamente perverso proyecto de privatización de la empresa. Abundan los vídeos en internet que testifican cómo el Kirchnerismo de los años 90 pronunciaba un discurso en favor de la venta de la compañía. La pregunta que vale ante todos estos cambios de "opinión" es la siguiente: ¿Cristina Kirchner ya no es más Kirchnerista?

El caso de Carlos Saúl Menem es extraordinariamente similar. El ex presidente es la representación viviente de la privatización. Tanto de YPF como de otras empresas otrora estatales. En el vocabulario político argentino su nombre encarna  el concepto de extranjerización de la economía y desguace del estado. Hoy en día el Dr. Menem es senador nacional, y su voto es requerido por el gobierno para aprobar la flamante nacionalización. Según las informaciones que maneja la prensa y analizando su reciente comportamiento político todo pareciera indicar que el viejo caudillo dará su voto dentro del parlamento en favor del proyecto nacionalizador.  Oponiéndose de esta forma a su más profunda esencia política, la cual lo acompañó durante sus 10 años en la presidencia. La pregunta que me veo obligado a hacer ante tan incoherente accionar es la siguiente: ¿Carlos Menem ya no es menemista?

La única forma de responder a estos complejos interrogantes, los cuales carecen de lógica alguna y cuyas particularidades solo pueden ser identificadas en un país que pedalea en falso desde hace casi setenta años es consultar con el fundador de este gran partido político. Solo el General Perón podría entender esta misteriosa lógica de un hombre llamado Menem que ya no es más menemista o una mujer de apellido Kirchner que ha dejado de responder al Kirchnersimo.

Allá por 1972 el viejo general volvió al país luego de su largo exilio madrileño. A su arribo pronunció una frase que resume la gran incoherencia político-partidaria que vive la Argentina, la cual solo puede ser resumida por el arquitecto de tan incomprensible movimiento. Juan Domingo Perón afirmo casi irónicamente: "¿Peronistas?... peronistas somos todos".

Santiago Pérez