Sr. Director:

                                                                                           

Al parecer, empiezan a repetirse casos como los denunciados al final de nuestra transición política, cuando elementos sin otro bagaje intelectual que su perruna devoción al Partido y similar ambición personal primaban sobre personas, quizá no tan afectas, pero de una capacidad intelectual conocida.

 

Suelen ser peleas -a veces feroces- dentro de los partidos, pero que, a veces, trascienden a la opinión pública. Tal es el caso de la diputada más joven de la legislatura, cuyo enfrentamiento con el mundialmente reconocido ministro español de Exteriores ha trascendido por un problema de "colocación" de personas amigas y que ha dejado en evidencia la nula formación personal de la referida diputada, muy elogiada por su juvenil desenvoltura(?).

 

Otro asunto escandaloso (éste en la Comunidad Vasca)  ha levantado ampollas, dejando en evidencia que en el Gobierno Vasco  también están colocadas personas, cuyo bagaje intelectual ellos mismos contribuyen a poner en cuestión, creando ficticios problemas públicos donde nunca los hubo. Se trata, evidentemente, del caso del ajedrez, cuyo carácter deportivo niegan los arúspides del deporte autonómico. El habitual defecto español del "sostenella y no enmendalla" raya en este caso en la simple estupidez.

 

Josefa Koldo

 

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