Sr. Director:

Como miembro de la Ejecutiva del Partido Familia y Vida me veo en la necesidad de precisarle que, aunque no somos, hoy por hoy, partido de relevancia nacional y menos aún de interés para los mas media, apoyamos públicamente la postura de la Sra Secretaria del juzgado de Primera Instancia de Colmenar Viejo.

Dos razones avalan este apoyo. En primer lugar por coherencia con los valores que defendemos y que por escrito constan en nuestros estatutos y bases programáticas; porque entendemos que por matrimonio sólo cabe expresarlo respecto de las uniones heterosexuales. Los homosexuales, como cualquier otra persona, nos merecen todos los respetos y consideración, pero quienes de ese colectivo defienden que sus relaciones son equiparables con la institución del matrimonio, nos encontrarán enfrente. No sólo por el nombre -como algunos consideran única diferencia- sino sobre todo por el contenido. Nada tienen que ver las relaciones afectivas entre dos personas del mismo sexo con el matrimonio. Una segunda razón y que Vd. cita es la libertad que todo individuo tiene para ejercitar la objeción de conciencia.

No se trata de dar patente de corso a ésta como justificante de cualquier disenso en nuestra sociedad. Se trata de que quienes tenemos un concepto de la persona humana, de la vida -desde su concepción hasta la muerte-, de la familia, tenemos el derecho de poder ejercitar la objeción de conciencia frente a leyes injustas que conculcan tales valores. Esta señora ha manifestado unas legítimas creencias en base a las cuales entiende que no debe ejercer las funciones propias de su puesto de trabajo y se ha visto desamparada por el Poder Político. Desde estas líneas que sepa que cuenta no sólo con la solidaridad de nuestro partido, sino también con nuestro apoyo.

Rafael Llorente

llorente@llorenteasociados.com