Benedicto XVI aprovechó la visita ad limina de los obispos mexicanos, la nación hispanohablante más poblada del mundo, con 105 millones de habitantes, para pedirles que defiendan siempre la dignidad de la mujer, así como su papel como madre y primera educadora de los hijos. Por lo general, cuando el Papa da un consejo a una nación es que la nación necesita del mismo.

Asimismo, Benedicto XVI insistió ante los prelados del país hispano-norteamericano, en que la formación es vital para los jóvenes en un mundo secularizado, aunque la fe no sólo es formación, sino un encuentro personal con el Señor.

Aún debe de haber nubarrones en el derecho a vivir la religión en México, por cuanto el Papa ha insistido en que el Estado debe respetar la libertad religiosa de cada ciudadano. No hay que olvidar que México ha sufrido probablemente la mayor persecución religiosa de católicos de todo el siglo XX.

Por último, y como resumen de las visitas ad limina de los prelados mexicanos, Benedicto XVI aludió a la mediación de maría como forjadora de la unidad cultural y poética de los pueblos que componen México. Tratándose de un país hispano, no podía ser otra. Informa, cómo no, la agencia Zenit.