• El Pontífice afirma que la fe es el mejor antídoto contra "el materialismo que genera egoísmo y conflicto".
  • Francisco reúne para una Misa a 50.000 personas en el estadio de olímpico Daejeon y a 6.000 jóvenes en el santuario de Solmoe.
  • "Cristo llama a la puerta de los corazones y os pide que vayáis por los senderos llamando a las puertas de los corazones de los otros".
  • Aconseja a los coreanos que sigan de cerca del Señor, con oración cotidiana, para que guíe sus acciones "la sabiduría de Cristo y el poder de su verdad".

 

El Papa (en la imagen) mantiene el pulso en su agenda del viaje a Corea del Sur, un país en el que se bautizan 25.000 niños todos los años, 100.000 adultos y que se ha duplicado en 25 años. No es moco de pavo y prueba el vigor de la Iglesia en esas esferas tan lejanas (para los europeos e hispanoamericanos). Francisco ha atraído a 50.000 personas para una misa en el estadio de olímpico de la ciudad de Daejeon y se ha reunido con unos 6.000 jóvenes llegados de toda Asia para la VI Jornada de la Juventud Asiática en el santuario de Solmoe.

Los mensajes que ha lanzado recogen de algún modo los que ya envió este jueves y otros nuevos, dependiendo del público. El papa Francisco ha vuelto a insistir en los peligros de la riqueza para un cristiano. Ha pedido a los coreanos que luchen "contra el encanto del materialismo que sofoca los auténticos valores espirituales y culturales, y el espíritu de competencia desenfrenado que genera egoísmo y conflicto". El antídoto para todo eso es la fe, para vencer "el espíritu de desesperación", ese "cáncer en las sociedades que son ricas por el exterior, pero que suelen experimentar tristeza y vacío en el interior".

¿Qué ha dicho a los jóvenes en el santuario de Solmoe Que pidan "a la Virgen María que vuelva sus ojos misericordiosos sobre cuantos sufren, en especial los enfermos, los pobres y los que carecen de un trabajo digno". Se lo ha dicho durante el rezo del Ángelus y también durante las preguntas que el Pontífice les ha pedido que le hagan. En ese marco ha aconsejado que los coreanos del sur recen "por nuestros hermanos del norte" y se puedan unir dos países que "hablan el mismo idioma".

Les ha preguntado a los jóvenes, con el fondo del "brillo de los mártires", si estarían dispuestos a decir "sí" al Señor. La respuesta, en vítores y aplausos, ha sido una ruidosa afirmación. "Cristo -ha continuado- llama a la puerta de sus corazones, a ver las cosas que realmente importan en la vida y os pide que vayáis por los senderos llamando a las puertas de los corazones de los otros, invitándolos a acogerlos en sus vidas".

También se ha referido ante ellos a "la creciente desigualdad" entre los países ricos y pobres y a los "signos de idolatría de la riqueza del poder" en sociedades "de una gran prosperidad material, que sufren pobreza espiritual". La receta: permanecer cerca del Señor, oración cotidiana y los pensamientos y la acción los guíe "la sabiduría de la palabra de Cristo y el poder de su verdad".

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com