Antes eran los políticos, luego empresarios, luego políticos y empresarios, pero ahora ambos colectivos han cedido protagonismo ante la avalancha de jueces que rodean a Florentino Pérez en el palco de honor del Real Madrid, cuando el equipo juega en el Santiago Bernabéu. El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, es el asistente más aplicado, quizás por el tiempo libre que le dejan sus comisiones con las declaraciones de Joseba Egibar o los actos de la ilegal Batasuna que nunca recurre. En cualquier caso, Conde-Pumpido mantiene las mejores relaciones con el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, y en El Mundo, Florentino es un intocable.

La verdad es que Florentino es intocable en todos los lares, en el político, en el económico y ahora en el judicial.