Parece que ha llegado a tal de degradación del sistema educativo español que ahora ya el Rey y otros organismos públicos están pidiendo un pacto nacional para la educación y medidas para prestigiar a los profesores.
Hasta el mismo Zapatero, nada dado a estas cosas, ha hablado estos días de un pacto en el mismo sentido, sin duda porque advierte una demanda social que se hace cada día más imperiosa. Lo que son las cosas, hace 5 años, cuando llegó al poder, no sólo no habló de pactos sino que derogó leyes aprobadas por el Parlamento que aún no habían entrado en vigor.
El problema estriba en que la educación ha sido y es uno de los pilares en los que siempre se han apoyado los partidos y grupos autodenominados progresistas para transformar la sociedad según su programa ideológico. Esto es lo que ha hecho imposible, hasta hoy, ese pacto que pide el Rey de manera perentoria. Quizás, el fracaso del sistema educativo y la situación clamorosa de una parte de nuestra juventud, ayuden ahora a buscar el acuerdo. Hace unos días el ministro de Educación hablaba también de una educación que incluya valores, como si descubriera repentinamente el Mediterráneo.
Habrá que hacer votos para que el sentido común de unos y otros haga posible ese anhelado pacto que debiera empezar por la reforma en profundidad de la nueva y adoctrinadora asignatura Educación para la Ciudadanía.
Jesús Domingo Martínez
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