Sr. Director:

Con motivo de las elecciones catalanas hemos asistido a un recrudecimiento de los ataques al Partido Popular y a Ciudadanos de Cataluña, por parte de un grupo de independentistas radicales catalanes. Y esto es muy grave, pero lo realmente inquietante es la avalancha de declaraciones antidemocráticas vertidas por algunos periodistas y políticos, condenándolas de boquilla pero de alguna manera justificándolas. Y ante estos hechos quisiera hacer las siguientes reflexiones.

A mi juicio, en democracia cualquier persona tiene derecho a expresar su opinión, y si ésta es susceptible de delito, están los tribunales de justicia, a los que se ha de acudir. Pero esta libertad de expresión no tiene nada que ver con la libertad de agresión; cuando el partido popular ha hablado lo ha hecho en mítines, en el parlamento, en los medios de comunicación, es decir en los aforos adecuados, y están en su derecho a discrepar con la acción de Gobierno. Cuando los independentistas catalanes e incluso antaño, personas del Partido Socialista han acudido a mítines, a sedes del Partido Popular o Ciudadanos de Cataluña, intentando reventarlos, insultando, tirando huevos, e incluso agrediendo físicamente, no están ejerciendo un derecho, está n tratando de impedir el derecho de otros a expresarse libremente y esto en un estado de derecho no debería quedar impune.

Por otra parte, cabría preguntarse, ¿dónde está el origen real de esta crispación?,¿Ha sido el Partido Popular el que ha abierto el debate de los estatutos?, el que ha cambiado radicalmente la lucha antiterrorista, que tantos logros había cosechado? el que ha sacado una ley de educación tan descerebrada? el que ha aprobado la ley de matrimonios homosexuales con gran parte de la población en contra?, ¿el que ha vuelto ha desenterrar la guerra civil?, y así un largo etc., rotundamente no, ha sido el gobierno socialista el que ha abierto todos estos debates innecesarios, que interesan a un porcentaje reducido de la población., luego ¿Quién ha creado el clima de crispación?. El partido popular no ha hecho más que discrepar, y ha sido la voz de por lo menos 10 millones de españoles que consideramos, que hay otras prioridades y que las cosas se están haciendo muy mal.

De todos modos jamás deberíamos justificar ningún tipo de agresión, pues de ser así los violadores podrían aducir en su defensa que la mujer iba provocando, los maltratadotes otro tanto, es decir ese relativismo nos podría conducir a justificar todo tipo de tropelías. Estamos imbuidos en un relativismo moral muy peligroso que tarde o temprano, si no reaccionamos, nos salpicará.

Amparo Ruiz-Dana

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