• El líder del partido Voluntad Popular (VP) se entrega voluntariamente a las autoridades.
  • Pero graba un vídeo en el que afirma que "Venezuela hoy más que nunca necesita que cada uno de nosotros asuma el compromiso de querer cambiar".
  • Los venezolanos están hartos de la escasez, la inflación, la inseguridad ciudadana, la corrupción y la falta de libertades impuestas por el régimen chavista.  
Este miércoles tiene lugar la vista en la que se decidirá si el líder opositor del partido Voluntad Popular (VP), Leopoldo López, que ha pasado la noche en el Centro de Procesados Militares de Ramo Verde (Los Teques), ingresa en prisión preventiva mientras el Ministerio Público investiga su presunta implicación en los disturbios del pasado miércoles 12 de febrero.

El dirigente opositor venezolano se entregó voluntariamente durante las manifestaciones del martes 18 de febrero. Y para explicarlo, López ha difundido un vídeo, a través de su perfil en Twitter, que dejó grabado antes de entregarse a las autoridades y en el que dice no arrepentirse de lo que ha hecho hasta ahora.

"Si están viendo este vídeo es porque ya se ejecutó un abuso más por parte del Gobierno, llenó de mentira, de falsedades, de torcer los hechos y buscar manipular la realidad que estamos viviendo los venezolanos", señala López.

"No me arrepiento de lo que hemos hecho hasta ahora. Venezuela hoy más que nunca necesita que cada uno de nosotros asuma el compromiso de querer cambiar, pero ese compromiso no puede ser pasivo. Ese compromiso debe ser activo", ha añadido el líder opositor, que ha animado a los ciudadanos a organizarse de cara a las manifestaciones que puedan convocarse en los próximos días.

La verdad es que se veía venir que esto iba a pasar en Venezuela, país que vive una situación insostenible desde mucho antes del fallecimiento de Hugo Chávez, pero que se ha visto acrecentada tras la muerte de este. Al fin y al cabo, el actual presidente Nicolás Maduro no tiene el carisma del 'comandante' ni logra el mismo 'encantamiento' sobre la población venezolana.

Una población que protesta por muchas cosas, que resume muy bien un artículo de Infobae. Por ejemplo, por el hambre y la escasez, que hacen que productos de primear necesidad -alimentos, medicinas- sean muy difíciles de conseguir. A ello se añade una galopante inflación que durante 2013, según el Gobierno, ascendió al 56%, aunque los venezolanos de a pie confirman que la tasa de inflación fue mucho mayor.

Por no hablar de la creciente inseguridad ciudadana. En 15 años de chavismo, más de 200.000 personas han sido asesinadas en hechos de violencia. Todos los planes de seguridad presentados por el Gobierno han fracasado, y el hampa domina las calles de Venezuela. De hecho, los estudiantes de Mérida y Táchira iniciaron las protestas callejeras reprimidas por el Gobierno cuando violaron a jóvenes estudiantes y sufrieron asaltos a mano armada dentro las aulas de las universidades. Si el Estado no es capaz de acabar con esas salvajadas, no son de extrañar las protestas.   

Encima, el carácter dictatorial del Gobierno agrava la insatisfacción todavía más. Por ejemplo, en materia de control de medios de comunicación, una manera de esconder la corrupción: el enriquecimiento que han experimentado funcionarios del Gobierno, militares del régimen y el reparto de todo tipo de negocios vinculados al poder, mientras la pobreza se mantiene en altos niveles y la clase media sufre los embates de la inflación y la escasez, son algunos de los motivos por los que miles de ciudadanos reclaman un cambio.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com