Las resistencias a Rosell no vienen por su catalanismo, sino por su filosocialismo

El recién renovado presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, Joan Rosell, empieza a convertirse en el eterno aspirante a ocupar la Presidencia de la CEOE. Cuando tocaba sustituir a Cuevas, se ocuparon de colocar a Díaz Ferrán por delante para frenarle. Pero, concluido el mandato de éste la puerta quedaba de nuevo abierta. No sólo para Rosell, sino también para Jesús Bárcenas, otro habitual de las quinielas en los últimos tiempos.

Rosell se ha caracterizado siempre por ir por libre y parecía que su catalanismo era el principal impedimento para convertirse en el patrón de patronos. En estos momentos Rosell se encuentra más próximo a los socialistas y ese es el peligro que ven en el núcleo duro de la CEOE. Además, en el seno de la patronal consideran que el modelo Cuevas es preferible al de Díaz Ferrán, que un técnico es mejor que un empresario. Los empresarios han comprobado que su representante no puede estar directamente vinculado a una compañía que tenga negocios con la Administración Pública o dependa de la regulación de ésta. Sencillamente esa situación le hace dependiente, y eso excluye a muchos de los miembros de la confederación empresarial.

Por eso suena el nombre de Magda Salarich, que cumple con el requisito de ser un técnico y que ha demostrado su competencia en Citroen y en el Grupo Santander. Salarich es catalana, lo que derriba de antemano cualquier posible intento de presentar a Rosell como una víctima de Madrid. Por último, ¿para qué negarlo? Salarich es mujer y se convertiría en la primera fémina al frente de la CEOE, un tanto contra el que Rosell lo tiene difícil si quiere competir.

Mariano Tomás

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