Los yuppies de Standard and Poors han rebajado la calificación de la deuda irlandesa. Asegura S&P que el coste del salvamento bancario irlandés es fortísimo. Y lo es: no sólo un error (cuando un banco quiebra lo único que hay que hacer es dejarlo quebrar y asegurar parte de los depósitos de sus clientes de pasivo), sino un error tremendo: sólo el salvamento del Anglo Irish Bank puede significar el 15% del PIB. Es decir, un desastre.

Ahora bien, las ayudas más importantes y, lo que aún es más relevante, el origen de la crisis bancaria, estuvo en la banca, los seguros, las hipotecarias y los intermediarios de inversión norteamericanos. Curiosamente, ni S&P ni Moodys castigaron a Estados Unidos. Muy al contrario, el legislativo norteamericano les llamó a capítulo, junto a la tercera en discordia, Fitch, para que dieran cuenta de su beligerancia: los calificadores de crédito no se dieron cuenta de que el crédito occidental estaba quebrado por culpa de la burbuja especulativa nacida y criada en Estados Unidos.

En el entretanto, Sarkozy solicita la vuelta la moneda única mundial, la neutralidad del dinero y el fin de la supremacía del dólar. Deberíamos escucharle.

Eulogio López

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