El cine francés sigue gustando a sus compatriotas y a los del resto de Europa. El Nombre ha sido el último éxito en su taquilla.

Cinco amigos cuarentones se reúnen para cenar en el domicilio de Elisabeth y Pierre. Uno de ellos, Vincent, tiene que comunicarles una excelente noticia: va a ser padre. Pero cuando les revela el nombre elegido para el bebé se destapará la caja de los truenos…

Como ocurrió con la divertida La cena de los idiotas o la incisiva Un dios salvaje, El Nombre supone la traslación al cine de una exitosa comedia teatral. Precisamente sus autores, Mathieu Delaporte y Alexandre de la Patellière, han sido los responsables de llevarla a la gran pantalla prácticamente con el mismo reparto.

A lo largo de poco más de 100 minutos desternillantes, esta obra ingeniosa pone en solfa a todos y a todo: se carcajea de los militantes de izquierda, pero también de los de derecha, de la amistad poco entregada, del egoísmo que preside algunas relaciones de pareja y sigan ustedes contando. En ese desarrollo no faltan algunos momentos crueles… aunque nunca la sangre llega al río. Ninguno de los cinco actores franceses sobre los que reposa el peso de la obra desentona y eso que esta comedia de salón se desarrolla prácticamente en un solo escenario, una sola estancia (lo que nos recuerda su origen teatral).

Desde el pasado mes de abril cuatro millones de franceses se han reído con esta comedia de humor inteligente, ahora le toca el turno a los espectadores de nuestro país…

Para: Los que les gusten las comedias de humor inteligente