• El Gobierno francés acaba de aprobar un decreto que le permite bloquear las adquisiciones extranjeras de empresas francesas dedicadas a sectores estratégicos como la energía, el agua, los transportes, las telecomunicaciones y los sectores relacionados con la salud.
  • Justo, cuando General Electric y Siemens han hecho una oferta por la francesa Alstom.
Podríamos decir que el Gobierno francés tiene 'un morro que se lo pisa'. Acaba de aprobar un decreto que le permite bloquear las adquisiciones extranjeras de empresas francesas dedicadas a sectores estratégicos como la energía, el agua, los transportes, las telecomunicaciones y los sectores relacionados con la salud. Así, cualquier adquisición requerirá la aprobación del ministro de Economía francés, cargo que actualmente ocupa Arnaud Montebourg.

General Electric (GE) presentó una oferta en firme de 12.350 millones que el consejo de administración de la compañía gala se ha comprometido a estudiar. Por su parte, Siemens aún tiene que presentar su oferta concreta, opción que también valorará Alstom.

De esta forma, el Gobierno francés podrá intervenir en las condiciones de adquisición de la rama de energía del constructor francés de ferrocarriles Alstom por parte del grupo alemán Siemens o el norteamericano General Electric. De hecho, según informa la prensa, el texto se conocerá como decreto Alstom.

Ene se sentido, Montebourg ha repetido en varias ocasiones que cualquier solución para la empresas tiene que favorecer los intereses franceses. Y  recuerda que "Alstom es esencial para la independencia energética de Francia" y "entrará en el campo de acción del decreto como otras empresas estratégicas".

El propio Montebourg ha explicado que, con esta reforma, Francia contará con un marco legal claro, eficiente y comparable al de otras economías abiertas dentro y fuera de Europa. Asimismo, ha asegurado que la medida se aplicará de forma selectiva y proporcionada.

Pero la jeta de los franceses les llega a Lima. Pues ellos reclaman libertad de mercado para poder comprar o vender empresas cuando son francesas las interesadas. 

O ponen todo tipo de pegas a, por ejemplo, empresas españolas como Enagas, Gas Natural Fenosa o Iberdrola, que podrían beneficiarse del gasoducto argelino, pero a los franceses no les gusta que el gas argelino, la gran alternativa al gas ruso, entre a Europa por España.

Lo mismo le ha pasado a Italia con España: les vendimos Endesa y ahora resulta que ENEL la ha jibarizado y la están desmantelando. Al BBVA se le negó la entrada en BNL y al Santander en San Paolo y a Abertis se le negó Atlantia. 

Y mientras, el Gobierno español poniendo todo tipo de facilidades para que empresas extranjeras entren en empresas españolas en sectores estratégicos (último caso: Deoleo). Parecemos los tontos del barrio.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com