Hay algunos que piensan que atizar a la religión en general y a los curas en particular no sólo debe salir gratis, sino rentable. Algunos tratan de sacar partido de la blasfemia ante su incapacidad para la creatividad. Esperan que el otro ponga la otra mejilla, como es menester. Pero algunos cristianos han entendido que como San Pablo, son ciudadanos romanos, o sea, que están dispuestos a poner la otra mejilla tras haber interpuesto la correspondiente querella por herir los sentimientos religiosos, tal y como se contempla en el artículo 525 del Código Penal.

Y el bufón de Bassi no contaba con esto. La rentabilidad puede convertirse en contingencia. Así que nada mejor que una huida hacia adelante. Al fin y al cabo es un hombre que presume de comer mierda ante las pantallas de televisión. El espectáculo es lo suyo, aunque sea cutre-espectáculo. Algunos no dan para más.

El caso es que la semana pasada, el autodenominado bufón denuncia el intento de sabotaje de su espectáculo. Fue intento porque el artefacto casero no llegó a explotar. Bassi denuncia entonces a los medios escritos y señala que vio un hombre de unos 50 años corriendo por la calle. Puede ser, aunque la verdad resulta bastante difícil salir corriendo de la sala porque en la puerta hay uno de esos porteros a lo americano 2 x 2 que harían difícil la escapada ante la advertencia de que algo pasa.

Quizás por eso, uno de los querellantes, Alternativa Española ha anunciado que se personará en la causa para conocer los detalles de la bomba fallida. No vaya a ser tan teatro como la mierda que el personaje aseguraba comerse delante de las pantallas.

También los medios pincharon en hueso. La SER -siempre atenta a la noticia- llamó inmediatamente al Centro de Estudios Jurídicos Tomas Moro (CEJTM) para preguntarle por la bomba. Ya saben: como el CEJTM presentó también una querella a Bassi, resultan sospechosos de ser autores intelectuales. Pero no les salió bien. Los responsables del CEJTM anunciaron que ofrecerían sus servicios jurídicos a Bassi por estar en contra de todo acto de violencia. Contra la física supuestamente infringida contra el bufón italiano, pero también contra la moral con la que Bassi se despacha noche tras noche contra los creyentes de todas las religiones.

Porque esa es otra. Bassi arremete principalmente contra el cristianismo y hace apología de la apostasía. Pero no descarta en sus críticas a musulmanes y judíos. ¿Por qué nadie gira la cabeza? Mejor no pensarlo, ¿verdad? El mismo Bassi reconoce que con los musulmanes es mejor no hacer sangre (moral); con los cristianos, en cambio, palo al mono hasta que hable inglés. Todo muy honesto. Nosotros también queremos saber la verdad.