Con los cambios estadísticos del INE el paro en España ha disminuido en 187.700 personas en el periodo abril 2004, frente a abril 2005. Sin cambios, la reducción se habría quedado en 109.800. Eso dice la Encuesta de Población Activa, y concluye que España tiene una tasa de paro del 10,25%, que ha bajado durante el periodo de gobierno socialista de forma apreciable. Y eso que el PSOE no ha hecho nada: imagínense lo que ocurriría si no estuviera Solbes de vicepresidente. Aunque nunca se sabe: a lo mejor la mejor política económica es la de Pedro Solbes: la que no existe.

El empeño de la derecha en negar los logros socialistas, sean por acción o por omisión, resulta un tanto tonto. Ningún gobierno es responsable de todos los fracasos que suceden en el país, y existen sospechas fundadas de que tampoco se les pueden atribuir todos los méritos.

Por tanto, tampoco se les puede atribuir a los socialistas que la tasa de temporalidad en el empleo haya ascendido durante su mandato. Ahora mismo 32 de cada 100 españoles tienen un contrato precario, con fecha de caducidad, una tasa que no deja de doblar la europea. De hecho, el diálogo social entre empresarios y sindicatos se ha impuesto como objetivo principal terminar con la temporalidad.

Pero la temporalidad es un concepto muy subjetivo, apropiado para psicólogos. ¿Quieren ustedes terminar con la precariedad? Muy sencillo : conviertan por ley todos los contratos en indefinidos. Claro que si hacemos eso, podríamos encontrarnos con que hay que acordar la indemnización en el mismo momento del contrato, lo que supone algo muy parecido al despido libre, aunque pagado.

Porque claro, lo del despido libre, suena mal, pero con él la gente pierde el miedo a contratar. Es más, la justicia social no pasa hoy por trabajos blindados sino por salarios dignos.

Ahora bien, la presión migratoria fuerza la demanda, de tal manera que los empleadores podrían aprovecharse de la caída de gente que está dispuesta a trabajar mucho por nada con tal de quedarse en España. Muy bien, pues entonces habrá que regular unos salarios mínimos que no sean tan mínimos. Los alemanes ya lo están haciendo, para evitar el dumping social de los trabajadores extranjeros. Y subir los salarios mínimos es la mejor labor de justicia social que puede hacerse hoy en día.

Por otra parte, hay que acabar con la economía sumergida, reduciendo las cuotas en aquellos empleos que, por tener salarios bajos, el empresario acaba pagando más a Hacienda y a la Seguridad Social que al empleador (piensen en las empleadas del hogar). Por tanto, hay que reducir las cuotas para esos salarios que se aproximan a los mínimos, y probablemente compensar esa reducción de cuotas con elevación de IVA.

Es decir, todos los contratos indefinidos, despido libre con indemnización pactada y salarios mínimos en subida lineal, más una reducción de cuotas.

¡Anda, a ver si se trata de eso! Porque los países que más se parecen a este sistema son Estados Unidos y el Reino Unido, y resulta que tienen la mitad de paro que nosotros. Es decir, que no tienen paro.

Eulogio López