• El Gobierno se compromete ante el sector a no gravar más el petróleo y el gas.
  • Otra cosa es la tasa nuclear e hidroeléctrica: se lo está pensando.
  • El problema es que sólo se obtendrían 1.000 millones de euros, lo que no reduce un déficit de tarifa disparado.
  • Eso sí, afectaría de lleno a Iberdrola y Endesa, en un 18% de su beneficio neto.
  • El problema del secretario de Estado, Fernando Marti, es que no se pueden reducir más las subvenciones a las renovables sin entrar en pleitos: "El mal lo hicieron otros".
  • Las cuentas no salen pero José Manuel Soria continúa empeñado en no subir la factura de la luz.

Rajoy espera que su ministro de Industria, José Manuel Soria (en la imagen), lleve cuanto antes al Consejo la reforma energética. El problema es que los números no salen y el déficit de tarifa sigue creciendo.

El presidente del Gobierno ordenó a su responsable de Economía, Luis de Guindos una reforma bancaria donde no se empleara dinero público en el saneamiento de bancos. Y si había que emplearlo, que no se notara.

Al responsable de Energía, José Manuel Soria, otro técnico comercial del Estado, le ha exigido que reduzca el déficit de tarifa sin pisar más callos de los necesarios. Tan difícil es lo uno como lo otro.

Primera noticia: Soria ha prometido a los sectores implicados -petrolero y gasero- que no habrá céntimo verde sobre combustibles fósiles. En primer lugar, porque el ciudadano ya paga una gasolina carísima y porque una subida del gas vía impositiva, no digamos nada del butano -producto con pedigrí- es aún más 'visible' que un banco tóxico.

Pero todavía quedan recursos para reducir el déficit. Por ejemplo, lo que Soria no ha desechado es una tasa sobre la energía nuclear y otra sobre la hidroeléctrica, es decir, sobre las instalaciones amortizadas. Ocurre que las nucleares en España ya pagan más que en Alemania.

Eso supone un mordisco de 1.000 millones de euros que, a la postre, se llevaría por delante un 18% del beneficio neto de Endesa e Iberdrola, las dos más afectadas.

Lo más curioso es que Soria no le mete mano al carbón, el mayor coste para el Estado, especialmente en España, con un sector que no tiene ningún futuro y que resulta carísimo de mantener con respiración asistida. A lo mejor es que también resulta muy visible.

Y eso sí, en la reforma bancaria la condición 'sine qua non' era que no quebrara ningún banco, aquí se trata de no subir la tarifa de la luz a ningún precio: resulta muy impopular. Mientras, el déficit se agiganta, camino ya de los 25.000 millones de euros.

Ojo, y ya no se pueden reducir más las subvenciones a las renovables, especialmente a la solar, principal causante del déficit. No porque no haya margen de maniobra sino para evitar demandas, tras el recorte de dos semanas atrás.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com