La lucha por los derechos civiles en Estados Unidos que, en forma de melodrama se nos narraba el pasado año Criadas y Señoras vuelve ahora en El mayordomo.

Inspirada en un personaje real: Eugene Allen, un mayordomo negro que  sirvió a ocho presidentes de EEUU, este drama racial desaprovecha su fuerte potencial argumental puesto que se ocupa más de la faceta personal de este hombre, es decir, de narrar su vida conyugal y  las diferencias con su hijo mayor por la forma de afrontar la lucha  contra la discriminación racial, que de los entresijos de la Casa Blanca que, sin duda, entre el público no americano es el verdadero gancho de la película… Más aún, en ese punto, se opta por una visión tópica de los presidentes: como el encanto de Kennedy o la personalidad sombría de Nixon.

La única excepción de este esquema de lugares comunes  es Reagan que,   aunque no queda especialmente bien parado en la película, fue quien  realmente consiguió la equiparación de sueldos entre los domésticos blancos y negros que servían en la Casa más famosa del mundo…

Por tanto, aunque bien rodada,  el tremendo éxito de esta película en EEUU hay que buscarlo, entre otros factores, en la presencia en el reparto de la famosísima presentadora Oprah Winfrey, porque, desde luego, incluso para los norteamericanos no demócratas su desenlace, muy partidista,  chirría…

Para: Los que les gusten los dramas raciales aunque contengan tópicos