Sr. Director:

La ofensiva gay contra la Iglesia Católica está adquiriendo, cada vez más, tintes radicales e intolerantes, toda una persecución totalizante hacia la libertad de expresión de la jerarquía y sus fieles.

En el último número de "Zero", la revista principal del colectivo homosexual, se califica al cardenal Rouco de "su principal enemigo" junto a la Iglesia en general. Otra publicación del mismo estilo, "Odisea", informa de que la plataforma popular gay (próxima al PP) ha presentado denuncia contra el arzobispo de Santiago, don Julián Barrio, por "incitación a la homofobia y coacciones al Rey y al presidente del Gobierno" por su homilía durante la ofrenda al Apóstol, donde el prelado se posicionó en su cátedra, valiente y legítimamente, contra los "matrimonios" gays y las adopciones de menores por parte de homosexuales. 

Buscan penalizar, so pretexto de exaltación de la violencia u homofobia, a los que se posicionen contra las pretensiones de este colectivo o poderoso "lobby", en analogía a la legislación existente contra el racismo. La postura  gubernamental y de grupúsculos adjuntos hacia los católicos, cada día es más brutal y abominable, no consienten la discrepancia.

Adrián Fernández

juan560@ozu.es