El juzgado de Instrucción nº 26 de Madrid ha sobreseído libremente las 1.300 denuncias presentadas por ciudadanos contra el Círculo de Bellas Artes por la representación de la obra del cuñado de Esperanza Aguirre, Iñigo Ramírez de Haro, titulada "Me cago en Dios". El auto de sobreseimiento tiene fecha de 30 de abril y considera que los hechos denunciados no son constitutivos de delito. Y ello sin haber tomado declaración ni realizado diligencia alguna.

Se da la circunstancia de que el titular del juzgado nº 26 está en comisión de servicios en la Audiencia Nacional, por lo que el autor del auto es el juez sustituto, recién incorporado a la carrera judicial. Cabe presuponer que el titular no quería asumir un "marrón" que pudiera perjudicar su ascenso por la vía de comisión de servicios. Igualmente, el magistrado sustituto tampoco quiere asumir riesgos, puesto que todavía no tiene plaza asignada y no quiere ser remitido al honroso y honorable juzgado de Vitigudino de Arriba. 

Además, el juez sustituto añade en el auto de sobreseimiento que pedirá un informe a la Fiscalía, como se sabe, ese órgano judicial tan independiente del poder político. ¿Se atreven a adivinar cuál será la sugerencia del nuevo fiscal general del Estado sobre este asunto? "Un día de estos iré al juzgado y le diré al juez: señoría, me cago en su puta madre, a ver qué pasa", dice un abogado indignado con el sobreseimiento.

Es de esperar que la querella presentada por Javier María Pérez-Roldán y Suanzes-Carpegna en el mismo juzgado tenga un destino con mayores garantías. En primer lugar, porque el juez no se puede limitar a archivar, sino que, en caso de carpetazo, deberá de explicar sus motivos y la acusación tiene derecho a llamar a declarar a quien considere oportuno y preguntar al autor, por ejemplo, cuál es la razón artística de semejante título y contenido. Además, en caso de que la querella no prosperase en el juzgado de instrucción, existirá posibilidad de recurrir ante la Audiencia Provincial. Ya está bien de que los insultos a la mayoría católica salgan gratis. Y ya está bien de que las autoridades públicas miren para otro lado y financien este tipo de agravios.