Sr. Director:

En este continente donde vivimos, llamado Europa, luchamos en estos momentos por no perder el pie de la paz y normalidad que hasta hace unos años conservábamos, a fuerza de tolerarnos con más o menos facilidad y soltura. Pero nos hemos topado con otra parte del mundo, nada despreciable, que ocupa las portadas de los periódicos, riéndose de nuestros miedos a mandíbula batiente: el universo islámico.

Y de repente, este continente europeo, de raíces cristianas visibles e indiscutibles, lleno de personas que luchaban a favor de la laicidad, laicismo, aconfesionalidad, etc., acomplejados de estar bautizados y demás, se han encontrado con una religión que no es de las que pone la otra mejilla.

Quizás así aprendamos la diferencia de consecuencias sociales entre unas religiones y otras, aún cuando algunos quieran meterlas en el mismo saco. No me hablen de la Inquisición. O tendré que hablar de las catacumbas, de Stalin, del Muro de Berlín...

Natalia Zunzunegui Garrido